Un nuevo artículo publicado en La revisión trimestral de biología, titulado «Gusto y olfato: una teoría quimiosensorial unificadora», propone la unificación de todas las modalidades quimiosensoriales en un solo sentido, avanzando hacia una perspectiva interconectada sobre los procesos graduales mediante los cuales una amplia variedad de sustancias químicas se han convertido en señales que son de importancia crucial para la comunicación. entre y dentro de células, órganos y organismos en una amplia variedad de condiciones ambientales. El artículo plantea así una ruptura con lo que se perfila como uno de los sesgos de confirmación más arraigados en la literatura científica: la diferenciación entre gustación (sabor) y olfato (olfato).
Autores Ernesto Mollo, Ferdinando Boero, Josep Peñuelas, Angelo Fontana, Mary J. Garson, Vassilios Roussis, Carlo Cerrano, Gianluca Polese, Alberto Maria Cattaneo, I Wayan Mudianta, Gregory Genta-Jouve, Orazio Taglialatela-Scafati, Giovanni Appendino, Pietro Amodeo , y Michael T. Ghiselin ofrecen abundante evidencia que no armoniza con una diferenciación precisa entre el olfato y el gusto, proponiendo que los criterios espaciales, moleculares, anatómicos y neurofisiológicos comúnmente adoptados para separar ‘a priori’ los dos sentidos químicos son contradictorios y excesivamente antropomórfico.
«Argumentamos que los sesgos antropomórficos han fomentado el descuido de los procesos clave que dan forma a los escenarios ecológicos y evolutivos, lo que obstaculiza profundamente nuestros esfuerzos de investigación para una mejor comprensión de la evolución de la quimiosensación, especialmente durante la transición tanto de la vida acuática a la terrestre, como de la vida unicelular. a los organismos multicelulares», escriben. Más importante aún, los autores proponen que el hábito intelectual de diferenciar las dos modalidades sensoriales ha favorecido patrones de pensamiento prejuiciosos en el diseño e interpretación de experimentos, en la clasificación de genes y receptores quimiosensoriales, y en la nomenclatura morfológica y zoológica. Si bien la distinción gusto-olfato encaja bastante bien con la condición humana, los autores argumentan que los biólogos necesitan estrictamente incorporar información del estudio de la diversidad de organismos vivos y sus interacciones ecológicas al abordar el tema complejo de la evolución de la comunicación química y especialmente en el diseño de protocolos experimentales.
Los autores proponen así unificar todas las modalidades quimiosensoriales dentro de un marco teórico integral que se opone a la nomenclatura actual. «Nuestra visión es que no hay sabor ni olor en la naturaleza, ni quimiostesis ni vomerolfacción, sino una amplia y borrosa variedad de modos de comunicación química que podrían llamarse colectivamente ‘quimiosensación’, que siempre comienza con las interacciones entre ligandos y receptores, dos entidades químicas que ocurren en una inmensa variedad estructural en la naturaleza», escriben.
«Ha llegado el momento de abandonar la diferenciación entre los sentidos químicos y comenzar a hacer mejores preguntas sobre las formas complejas, matizadas e interconectadas por las cuales una gran variedad de sustancias químicas se han convertido en señales de importancia crucial para la supervivencia», escriben los autores.
Ernesto Mollo et al, Gusto y olfato: una teoría quimiosensorial unificadora, La revisión trimestral de biología (2022). DOI: 10.1086/720097
Citación: ¿Deberían unificarse todas las modalidades quimiosensoriales en un solo sentido? (2022, 20 de mayo) recuperado el 20 de mayo de 2022 de https://phys.org/news/2022-05-chemosensory-modalities.html
Este documento está sujeto a derechos de autor. Aparte de cualquier trato justo con fines de estudio o investigación privados, ninguna parte puede reproducirse sin el permiso por escrito. El contenido se proporciona únicamente con fines informativos.