En Colombia, aunque todavía falta mucho camino por recorrer, el candidato de la izquierda Gustavo Petro llevaría la ventaja, toda vez que se ha perfilado como el favorito de las encuestas de intencion de voto en el pais suramericano
Pero, ¿por qué habrá una eventual inclinación de los colombianos hacia la izquierda, cuando nunca en la historia este país ha elegido un candidato de este perfil político?
Analistas señalan que el descontento de los ciudadanos con los gobiernos recientes, la firma del acuerdo de paz y la búsqueda de nuevas opciones han inclinado la balanza.
Carolina Urrego Sandoval, profesora de ciencia política y estudio global de la Universidad de Los Andes explicó a la Voz de América que, en la región, es muy común que los ciudadanos busquen opciones diferentes, otra alternativa diferente a la de siempre, porque están cansados “de lo mismo”, así no están completamente seguros de que sea la mejor.
Opinión que comparte Paola Montilla Niño, docente y directora de la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas de la Universidad Externado de Colombia.
“En América Latina, se está presentando una alternancia, precisamente de los resultados y de la manera como los distintos gobiernos afrontaron la crisis derivada de la pandemia [y] por un debilitamiento de los gobiernos de turno que tuvieron que pasar la pandemia, baja popularidad, déficit económico, alta desigualdad…”, dice.
Para Urrego, los efectos que tuvo la pandemia en Colombia están relacionados con un alto índice de pobreza y el trabajo informal, lo que ha producido un gran descontento en la población. Además, dice que otro de los factores del cansancio de los ciudadanos son, a su juicio, “la limitada” implementación de los acuerdos de paz, que se ve reflejado en “el recrudecimiento de la violencia en muchas regiones del país”. Relacionado a esto, señala- a lo que define como la incompetencia del Gobierno del presidente Iván Duque frente a la defensa de los derechos humanos.
Por su parte, Yann Basset, politólogo, docente y director del Grupo de Estudios de la Democracia (DEMOS) de la Universidad del Rosario, dijo a la VOA que el país suramericano, por su historia de violencia, siempre ha sentido temor por la izquierda, pues tiene un imaginario de que está relacionado con la guerrilla, a pesar de que de acuerdo a su criterio “siempre ha habido una izquierda democrática que ha rechazado la violencia”.
Para él, la razón por la cual la intención de voto hacia partidos otros está cambiando es probablemente la consecuencia de los acuerdos de paz con las FARC: “Esto quita un poco este estigma tradicional sobre la izquierda entre particularmente los jóvenes, y eso también ha cambiado un poco la agenda política del país, que ha girado hacia temas mucho más afines a los de la izquierda, temas de reflexión sobre el modelo económico y su porvenir, temas sociales, temas novedosos también como el tema ambiental, que favorecen un poco más a una agenda de izquierda”, agrega Basset.
A eso se suma, según Urrego, una desconfianza en las instituciones del Estado, “en la figura misma del Presidente, en el Congreso, en las Cámaras”.
Otra de las causas de la búsqueda de nuevas opciones políticas, según Paola Montilla, son la baja popularidad del presidente Iván Duque. “Los cuatro años que tuvo en la oposición Gustavo Petro formando parte del Senado y siendo una voz pública constante” y el cambio de la agenda pública en Colombia y que el candidato de izquierda ha logrado “capturar”, especialmente los jóvenes.
¿Colombia se convertiría en una nueva Venezuela?
Uno de los temores que han suscitado en la población es que, si llegase Petro al poder, Colombia se puede convertir en una ‘segunda Venezuela’. Pero, ¿qué posibilidad real hay de que esto suceda?
Los analistas ven poco probable esta posibilidad, debido a las diferencias institucionales, históricas, culturales e institucionales. Además, coinciden en que las instituciones en Colombia son muy fuertes y, en caso de que Petro quiera gobernar de manera cómoda, deberá encontrar coaliciones, por ejemplo, en el Congreso.
Petro “no tiene digamos posibilidad de manipular la institucionalidad como lo ha hecho Chávez, en su momento en Venezuela”, dice el Basset.
Otra diferencia muy fuerte es que el expresidente Hugo Chávez es un antiguo militar. Gustavo Petro es un ex guerrillero y no tiene el apoyo de los militares. “Gustavo Petro no podría tener esa cercanía a las fuerzas armadas que en su momento tuvo a Hugo Chávez y que aún mantiene este caso Nicolás Maduro”, dice Montilla.
De hecho, los docentes señalan que es uno de los de los temas complicados que va tener que gestionar Petro, si llega a la presidencia: la relación con el Ejército y con las Fuerzas Armadas.
Para Montilla, además existe un estatuto de la oposición, el cual implica que el segundo con la siguiente mayoría de votación, en las elecciones presidenciales, entrará a formar parte del senado. Además, el Congreso colombiano es multipartidista y “Gustavo Petro va a tener que llegar a juicio, a buscar coaliciones, a buscar la mayorías”.
Según la profesora Urrego, “mucho del miedo que existe ante esta figura de Gustavo Petro viene desde el desconocimiento y también desde el miedo de los partidos tradicionales a ya no tener el poder” y enfatiza en que no se deben generalizar los movimientos de izquierda en la región porque todos tienen sus grandes diferencias.
Mapa geopolítico en la región
Gustavo Petro asistió a la posesión del presidente chileno Gabriel Boric, además tiene una relación cercana con el gobierno cubano. Sin embargo, si en Colombia llegara a triunfar a la izquierda, los analistas coinciden en que no se puede hablar que desde ya existen alianzas ni planes de una inclinación política, pues señalan que esta línea es muy diversa en Latinoamérica.
“Hubo un giro a la izquierda en los años 2000, en la primera década del siglo XXI, que tenía que ver con una cómoda que heredamos un poco de las transiciones democráticas en América Latina de los años 80. Desde esa época, me parece que cada país eligió su propio camino acá y que me parece difícil hablar de olas uniformes de izquierda o de derecha en América Latina”, explica Basset.
No obstante, si Gustavo Petro llega el poder, el académico sostiene que “tendría probablemente el apoyo internacional en la región en este momento y tendría márgenes, para volver a temas abrir de acercamiento multilateral a otros países en la región”.
Para Urrego, en el contexto regional, es muy diverso lo que está pasando en los países de la región, “pero están yendo hacia allá (la izquierda) y todo esto en el marco de un conflicto entre Rusia y Ucrania”.
La profesora, además, dice que en el contexto internacional, la política exterior “no ha sido abordada de manera suficiente por ninguno de los candidatos. Todos tienen como unos planes y unas ideas y han votado algunos mensajes, pero no existen unos planteamientos claros”.
Pero enfatiza en que quizás sea un buen momento para retomar iniciativas de cooperación latinoamericana: “Tal vez sea una oportunidad para volver a la región, es decir, en las circunstancias actuales no habría tanta resistencia a este tipo de movimientos”, y agrega que, hasta el momento, lo que “hay es incertidumbre”.
Por su parte, Paola Montilla afirma que es importante mencionar que Estados Unidos está perdiendo influencia en la región, por ejemplo, en el caso de Honduras y Nicaragua, quienes “ya tienen acercamiento con China”.
Además, explicó a la VOA que, en la región, también existen unos gobiernos de corte completamente de derecha, con los tintes autoritarios, en algunos casos, o algunas democracias liberales.
Así que para ella, hay una heterogeneidad en el tipo de gobiernos de América Latina que pueden comenzar a limitar esta organización y esa armonía latinoamericana y, en el caso de que Petro sea presidente, “dejaría de lado otras alianzas como las que incentivó Duque” .
¡Conéctate con la Voz de América! Suscríbete a nuestro canal de Youtube y activa las notificaciones, o bien, síguenos en las redes sociales: Facebook, Gorjeo mi Instagram.