Los investigadores descubrieron que los modelos actuales que dependen de los árboles para descarbonizar la atmósfera sobreestiman el potencial de secuestro de CO2 de los árboles. Estos hallazgos afirmaban que el uso de ecosistemas naturales para combatir el cambio climático no podía ser una solución confiable. El equipo científico analizó la estimación de la fotosíntesis global y los anillos de los árboles para medir su crecimiento y comprender la limitación de la absorción de carbono en los bosques.
Estudios tempranos mostró que las crecientes concentraciones de CO atmosférico2 debido a las emisiones antropogénicas condujo a mayores tasas de absorción de carbono por parte de las plantas. Esto se conoce como fertilización con carbono.
Aún otra la investigación también afirmó que más CO atmosférico2 no conduce a una mayor ingesta de plantas: los árboles necesitan CO2 para la fotosíntesis, permitiendo el crecimiento posterior. Sin embargo, el proceso de crecimiento requiere otros factores como los nutrientes disponibles, el agua y la temperatura.
El nuevo enfoque publicado recientemente en Ciencia llevó a cabo un análisis de correlación entre biomas. El equipo dirigido por Cabon analizó la cantidad de carbono absorbido por las plantas durante la fotosíntesis, llamada producción primaria bruta (GPP). Luego, lo compararon con los datos de anillos de árboles del Banco Internacional de Datos de Anillos de Árboles. Julia K. Green y Trevor F. Keenan, autores del artículo científico, demostraron que el vínculo entre la fotosíntesis de la vegetación y el crecimiento radial del tronco de un árbol no es tan sencillo como se creía. Sus cálculos muestran una gran variación según el tipo de vegetación, es decir, si son plantas con flores o no, las características del ecosistema, como la edad del bosque y la disponibilidad de nutrientes; y clima
Estos resultados resaltan que el secuestro de carbono de la vegetación y la fotosíntesis no son tan similares como lo han representado algunos modelos. Además, aunque en los próximos años se almacenaría menos carbono de lo previsto en la biomasa, la plantación de árboles para combatir el cambio climático sería menos eficaz.
«Por ejemplo, un aumento de GPP en la primavera de las plantas que producen sus hojas antes puede no traducirse en un mayor crecimiento para el final del año», señalaron los investigadores.
El análisis basado en datos de anillos de árboles tiene limitaciones. Según el equipo, las plantas distribuyen carbono a la madera y sus sistemas de raíces, hojas y carbohidratos no estructurales almacenados en toda la planta. Además, cambian su asignación de carbono según los cambios ambientales, la edad del bosque y la época del año. Asimismo, inferir la cantidad de carbono secuestrado basándose únicamente en las mediciones de los anillos de los árboles no es concluyente.
El estudio de Cabon sugirió que el marco de modelado actual puede estar sobreestimando el secuestro de carbono forestal. Además, recomendaron una evaluación más profunda para comprender mejor cómo los árboles toman y distribuyen el CO2.
Referencias
Green, JK y Keenan, TF (2022). Los límites del secuestro de carbono forestal. Ciencia, 376 (6594), 692–693. https://doi.org/10.1126/science.abo6547
Schimel, D., Stephens, BB y Fisher, JB (2014). Efecto del aumento de CO2 en el ciclo del carbono terrestre. Actas de la Academia Nacional de Ciencias, 112(2), 436–441. https://doi.org/10.1073/pnas.1407302112
Jiang, M., Medlyn, BE, Drake, JE et al. (2020). El destino del carbono en un bosque maduro enriquecido con dióxido de carbono. Naturaleza, 580 (7802), 227–231. https://doi.org/10.1038/s41586-020-2128-9