Columnas impecablemente rectas de soldados marcharán por la Plaza Roja el lunes como lo hacen todos los años en el Día de la Victoria. Tanques, vehículos blindados de transporte de personal y transportes que transportan enormes misiles balísticos intercontinentales traquetearán sobre los adoquines. Pero la observancia de este año de la fiesta patriótica más importante de Rusia tiene un peso excepcional.
El espectáculo anual en la Plaza Roja que conmemora la derrota de la Alemania nazi se ha vuelto tan ritualizado que el desfile de un año apenas se distingue de los demás. Puede aparecer una pieza de equipo nunca antes vista; los veteranos de la Segunda Guerra Mundial engalanados con medallas en las gradas de observación se vuelven más frágiles y menos numerosos cada año. Su previsibilidad puede diluir su poder emocional.
Este año, mientras las tropas rusas luchan en duras batallas en Ucrania y lanzan torrentes de misiles y bombas, es probable que pocos rusos se aburran con los rituales del desfile. En cambio, lo observarán en busca de señales de lo que podría suceder a continuación en el conflicto.
Algunos rusos temen que el presidente Vladimir Putin use su discurso en el desfile para declarar la “operación militar especial” en Ucrania, como el Kremlin insiste en llamarla, como una guerra en toda regla.
Esa declaración precedería a una amplia movilización de tropas para reforzar las fuerzas de Rusia.
Cuando The Associated Press le preguntó si los rumores de movilización podrían empañar el ambiente del Día de la Victoria, el vocero de Putin, Dmitry Peskov, dijo que “nada ensombrecerá” el “día sagrado, el día más importante” para los rusos.
Los grupos de derechos humanos informan un aumento en las llamadas de personas que preguntan sobre las leyes relacionadas con la movilización y sus derechos en caso de que se les ordene unirse al ejército.
La televisión estatal rusa ha intensificado la retórica patriótica. Al anunciar la operación militar del 24 de febrero, Putin declaró que tenía como objetivo la “desmilitarización” de Ucrania para eliminar una amenaza militar percibida para Rusia por parte de los “neonazis”.
Un comentario televisivo reciente dijo que las palabras de Putin «no eran una cosa abstracta ni un eslogan» y elogió el éxito de Rusia en Ucrania, a pesar de que las tropas de Moscú se han estancado, logrando solo avances menores en las últimas semanas.
Un funcionario sugirió que los manifestantes del Día de la Victoria muestren fotos de soldados que ahora luchan en Ucrania. Normalmente en la festividad, los rusos llevan retratos de sus familiares que participaron en la Segunda Guerra Mundial para honrar a los miembros del llamado «Regimiento Inmortal» de un conflicto en el que la Unión Soviética perdió la asombrosa cifra de 27 millones de personas.