“La mayoría de los sobrevivientes de violencia de género que vemos en la clínica son adultos jóvenes”, dice Primrose, coordinadora de jóvenes de la Asociación de Salud Familiar (FHA) en la provincia de East New Britain.
Acaba de bajar del escenario después de dar una presentación a los estudiantes de último año de la Escuela Secundaria de Kokopo como parte del programa de extensión escolar de la FHA, en la que les dijo a los estudiantes que pueden comunicarse con la FHA si necesitan ayuda, y que la violencia nunca es cosa del sobreviviente. culpa.
Primrose y su equipo de educadores de pares esperan reducir la violencia física y sexual a través de su trabajo de divulgación en las escuelas y comunidades de East New Britain.
Además de hablar con los estudiantes en las escuelas, el equipo de la FHA distribuye folletos y condones, como parte de sus esfuerzos para educar al público sobre la salud sexual y reproductiva y la prevención de infecciones de transmisión sexual.
“Participamos en el alcance clínico y comunitario”, dice ella. “Nos enfocamos en la planificación familiar y especialmente en la prevención de embarazos no deseados, para que las niñas puedan completar su educación”.
El equipo comenzó con 20 educadores de pares pero, en el transcurso de la pandemia, ese número se redujo a 10. Primrose ahora está buscando reclutar nuevos educadores que puedan unirse a ella para promover los servicios de salud que se ofrecen en la Asociación de Salud Familiar; proporcionar información sobre relaciones sanas y no violentas; y el intercambio de información sobre salud sexual y reproductiva.
Hablando el mismo idioma
“Creemos que es muy importante garantizar que los jóvenes se den cuenta de que la violencia contra cualquier persona, ya sea en una relación o entre otros jóvenes, no está bien”, dijo el director de la FHA, Michael Salini.
“Necesitamos transmitirles ese mensaje. Es por eso que involucramos a estos jóvenes para que lo hagan en nombre de la organización. Que los jóvenes hablen con los jóvenes es la forma más eficaz de cambiar las percepciones y los valores en las comunidades”.
“Cuando los educadores de pares les hablan a los jóvenes, es como si estuviéramos hablando el mismo idioma”, dice Primrose. “Estamos en los mismos grupos de pares y somos más capaces de transmitir ese mensaje”.
El enfoque es importante, porque los adultos mayores a menudo no reconocen las experiencias de los jóvenes.
“Yo, personalmente, pasé por ese tipo de experiencia con el acoso cibernético”, confesó Margaret, una estudiante de último año de la escuela secundaria de Kokopo. “En ese momento, ninguno de los maestros realmente lo entendió”.
Según la agencia de la ONU para la infancia, UNICEFuno de cada tres jóvenes en 30 países ha sido víctima de acoso en línea, y uno de cada cinco informa haber faltado a la escuela debido al ciberacoso y la violencia.
“Creo que el acoso cibernético es uno de los problemas que a las personas mayores les cuesta entender”, dice Margaret. “Si una persona joven se pone de pie y les habla a los jóvenes de una manera que ellos entienden, la gente le prestará atención”.
La Iniciativa Spotlight en Papúa Nueva Guinea
Él Iniciativa destacada está apoyando a la Asociación de Salud Familiar en East New Britain para realizar actividades de extensión para jóvenes que promuevan relaciones positivas y conecten a los jóvenes con los servicios de salud sexual y reproductiva.