El incendio se informó por primera vez poco antes de las 5 p. m. hora local y causó daños considerables en secciones del campamento más grande de su tipo en el mundo, afectando tanto a los refugiados como a los miembros de la comunidad de acogida.
Se desplegaron equipos de respuesta para proteger a los refugiados y controlar la situación, en coordinación con las autoridades locales y el cuerpo de bomberos.
Coordinación de apoyo
Hasta el momento se desconocen las causas y el origen del incendio y no se reportan víctimas fatales, aunque se informó que dos personas resultaron heridas.
“Nos estamos coordinando con otros actores humanitarios para garantizar que los afectados reciban alimentos, salud, protección, agua, saneamiento y necesidades de higiene”. dicho Nusrath Ghazzali, oficial a cargo de OIM Bangladés.
Las principales prioridades incluyen la reparación y reconstrucción de viviendas, así como el acceso a instalaciones para cocinar.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) informó el lunes que ha comenzado a servir comidas calientes a unos 2.200 residentes del campamento.
La agencia distribuirá comidas calientes dos veces al día a todas las familias que ahora no tienen medios para cocinar.
segundo incendio
El incidente sigue a un gran incendio anterior que estalló el 2 de enero y provocó daños significativos en el Centro de Aislamiento y Tratamiento para Infecciones Respiratorias Agudas Graves de la OIM (SARI ITC).
La OIM y los socios humanitarios en Cox’s Bazar planean realizar evaluaciones técnicas de los daños causados por el incendio del domingo y las necesidades inmediatas y a largo plazo de los afectados.
Un equipo médico móvil está en el terreno brindando asistencia según sea necesario. Se está desplegando otro equipo dentro del campamento para garantizar que las personas tengan acceso a información precisa y útil.
Aumento de los riesgos de incendio
La OIM también ha tomado medidas inmediatas para movilizar kits de artículos no alimentarios para los hogares afectados. Los kits se están complementando con mantas, dado el clima frío y seco actual.
Las condiciones en los campamentos hacen que los grandes incendios sean un riesgo real, dijo la agencia. En marzo pasado, un incendio masivo se cobró varias vidas y desplazó a unos 45.000 refugiados rohingya, además de causar daños catastróficos.
Aproximadamente un millón de rohingya han huido de la violencia a través de la frontera de Myanmar hacia Bangladesh desde principios de la década de 1990. Más de 600.000 viven en una red de campamentos en Cox’s Bazar, que se encuentra en el sureste del país.