El Real Madrid agregó otra remontada alucinante a la larga historia de noches mágicas europeas del club el miércoles, pero la reactivación contra el Manchester City puede resultar menos sobre el pasado y más sobre el futuro.
Karim Benzema marcó el penalti de la victoria en la prórroga para llevar su cuenta a 10 goles en seis partidos de eliminatorias de la Liga de Campeones, un récord sorprendente sobre todo por el escenario, la clase del rival y el peso de sus contribuciones.
Ante el Paris Saint-Germain, el Chelsea y el City, fue un gol de Benzema el que dio el pase al Madrid.
También estaban Luka Modric, el jugador de 36 años que durante largos períodos volvió a ser el jugador más influyente en el campo, y Thibaut Courtois, cuya atajada con la zurda para negar a Jack Grealish en el minuto 87 pareció intrascendente en ese momento, pero en cuestión de minutos se convirtió en transformador.
En el minuto 90 Rodrygo igualó el partido y en el 91 igualó el empate.
Muchos señalarían a Benzema, Modric y Courtois como los jugadores más importantes del Madrid esta temporada, el trío entregando los juegos más importantes y los momentos más definitivos, todos ellos fundamentales para que el Madrid domine la Liga y ahora reserve un encuentro con el Liverpool en la final de la Liga de Campeones.
Pero cuando sonó el pitido final en el Santiago Bernabéu, antes de que los suplentes continuaran y comenzaran los abrazos y el baile, sólo Courtois seguía jugando. Modric se había marchado en el minuto 75, Benzema en el 105.
Junto a ellos, en el cúmulo de jugadores del banquillo, estaban Toni Kroos, Casemiro, Vinicius Junior y Eder Militao, todos ellos de los jugadores más destacados del Madrid, todos ellos sustituidos por Carlo Ancelotti.
– ‘Futuro asegurado’ –
Por Kroos entró Rodrygo, el brasileño de 21 años que ha sido eclipsado por Vinicius y cuyo gol ante el Chelsea, de nuevo como suplente, se vio eclipsado por la hipnótica asistencia de Modric.
Pero fue su finalización lo que lanzó la pelea contra el Chelsea y su increíble doblete tardío lo que hundió al City, no por coincidencia, sino como recompensa por 20 minutos de carrera, positivismo y amenaza.
Después de lanzar un pase amortiguado de Benzema y luego cabecear un centro de Dani Carvajal, fue su balón efervescente el que Benzema recogió en la prórroga antes de caer para ganar el penalti.
Modric fue reemplazado por Eduardo Camavinga, el centrocampista de 19 años cuyas contribuciones esta temporada han sido llamativas pero limitadas, tanto por el trío aparentemente interminable que tiene por delante como por la reticencia de Ancelotti a rotar.
Camavinga fue fundamental, su pase flotado al segundo poste encontró a Benzema para el primer gol de Rodrygo, mientras que fue su lanzamiento a la derecha lo que creó la apertura que condujo al penalti.
En el partido de vuelta ante el Chelsea, Camavinga sustituyó a Kroos en el minuto 73 y los goles del Real Madrid llegaron en los minutos 80 y 96. En la vuelta ante el PSG sustituyó a Kroos en el 57 y los goles llegaron en el 61, 76 y 78.
«El futuro del Real Madrid está asegurado, porque van a seguir Casemiro, Kroos y Modric, y después, detrás de ellos tenemos mucha calidad», dijo Ancelotti.
Al final, Dani Ceballos, de 25 años, era el ancla del centro del campo del Madrid y Jesús Vallejo, también de 25, apuntalaba la defensa.
Fede Valverde, de 23 años, que aguantó todo el partido, fomentó su creciente reputación como jugador de las grandes ocasiones. Vinicius, de 21 años, era una amenaza constante por la izquierda, incluso si no estaba en su forma más precisa.
«Ninguno de los jugadores se rindió», dijo Ancelotti. “Rodrygo entró y marcó dos veces, Vallejo ganó todos sus balones aéreos, a todos los felicito”.
Cuando el Real Madrid se enfrente al Liverpool en París a finales de este mes, Ancelotti volverá a confiar en sus grandes de confianza, como Benzema, Modric, Casemiro y Kroos, que buscan su quinta Champions League, en la que será su quinta final en nueve años.
La esperanza es que también hayan imbuido a sus compañeros más jóvenes con algo de su espíritu y experiencia, esa pura fuerza de voluntad que parece hacer que estas noches milagrosas sean más comunes en el Real Madrid que en cualquier otro lugar.
Pero la victoria contra el City y esta notable carrera hacia la final también han dependido de que la próxima generación pase a primer plano, ofreciendo al menos algo de tranquilidad para cuando este icónico equipo eventualmente comience a disolverse.
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