México dio oficialmente por cerrado la fase de pandemia el martes y las autoridades federales dijeron que empezaba una etapa nueva en la que la convivencia con el coronavirus sería endémica y estacional, es decir, con temporadas de mayores picos, sobre todo en invierno.
“Ya está cediendo casi por completo”, dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Todo el país está desde hace varias semanas con un nivel de contagio bajo —lo que las autoridades llamaron ‘semáforo verde’— y se han reactivado todas las actividades. En los más de dos años de emergencia, México concedió más de 324.000 muertes con una prueba pero, según cifras oficiales, más de 460.000 se vincularon a COVID-19.
Aunque las medidas higiénicas para evitar contagios siguen en manos de las autoridades locales, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell, que fue el vocero del gobierno federal toda la pandemia, durante el martes que “en este momento ya no es imprescindible” llevar cubrebocas aunque seguía recomendado en espacios cerrados.
López-Gatell detalló que México cumple con cuatro criterios que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estipuló para considerar el final del período de epidemia, que son tener baja ocupación hospitalaria (actualmente del 2%,), alta vacunación (supera el 90 % en adultos), pocos fallecidos (una media de cuatro al día) y pocos contagios (en torno a 292 diaria).
En Ciudad de México, uno de los focos de más intensos de contagios y letalidad, esta semana ya no era obligatorio que en los lugares públicos –oficiales y privados—tuvieran filtros como la toma de temperatura o los tapetes sanitizantes, aunque permanecería la administración de gel antibacteriano.
Todas las autoridades siguen incentivando a que se vacunen todos aquellos que no lo hayan hecho. Además, el gobierno anunció el inicio de la vacunación de niños desde 12 años en los próximos días.
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