HACIENDO DEL MUNDO UN LUGAR MEJOR
El viaje hacia la construcción de Udders a lo que es hoy estuvo lleno de trabajo duro y determinación. Antes de iniciar el negocio de los helados, ni Yim ni Wong tenían experiencia en F&B. En ese momento, Yim trabajaba como maestro mientras que Wong era consultor.
“Realmente aprendimos en el trabajo. Los primeros cuatro meses antes de que empezáramos, pasábamos muchas horas al día haciendo mucho helado en nuestra cocina. Estuvimos comiendo helado hasta altas horas de la madrugada. Esos primeros cuatro meses fueron un poco locos, pero al final pudimos finalizar 12 sabores, y así fue como comenzamos nuestra primera tienda”, recordó Wong.
La pareja fue impulsada por el deseo de «hacer algo diferente de nuestros trabajos corporativos habituales», agregó Wong. “Había tres razones por las que queríamos iniciar Udders. El primero fue crear algo alineado con nuestras personalidades. El segundo fue crear un negocio que pudiera brindarnos libertad financiera. Y el tercero es bendecir a nuestro personal con los rendimientos financieros que generamos del negocio”.
Dato curioso: antes de que la pareja finalmente se decidiera por el helado, estaban jugando con la idea de abrir una hamburguesería.
“Era comida para mí”, compartió Yim. “Da la casualidad de que la máquina de helados que ordené llegó primero antes que el fabricante de hamburguesas. Así que empecé a experimentar con el helado. Cuando vino el fabricante de hamburguesas, simplemente no tuve tiempo”.
Llámalo destino, pero la decisión ciertamente valió la pena. “Una de las razones por las que elegimos hacer helado fue porque es un producto que puede disfrutar cualquier persona en todo el mundo. Viaja bien a través de las fronteras y puede controlarse científicamente. No depende de un chef, lo cual es bueno para la expansión. Pudimos ver la escala de la marca”, explicó Wong.
Más allá de la practicidad, el helado también brinda alegría a las personas, razón por la cual los fundadores creen en la importancia de divertirse con la marca, como se resume en su característico tono naranja brillante, su peculiar marca y sus eslóganes descarados.
“La vida puede ser dura para algunas personas, puede ser muy seria. Pero con el helado y con la marca, si pudiéramos ayudar a las personas a olvidar sus problemas por un momento, creo que habríamos hecho nuestra pequeña contribución para hacer del mundo un lugar mejor”, reflexionó Wong.