Como miembro desde hace mucho tiempo de la vibrante escena musical de Toronto, Dorothea Paas recibió el tipo de educación musical que el dinero no puede comprar. Ha actuado como corista y guitarrista de Jennifer Castle, Kiwi Jr. y US Girls, la última de las cuales también la ha acreditado como arreglista vocal. Es una red envidiable; Paas ha llamado a la líder de US Girls, Meg Remy, para “visión sobre cosas de la industria” y recurrió a Slim Twig, el excéntrico cerebro de Badge Époque Ensemble, cuando necesitaba tiempo de estudio o servicios de mezcla.
En 2021, Paas finalmente lanzó su propio álbum en solitario, No puede pasar nadadespués de casi una década en las trincheras independientes. Un álbum de ruptura silenciosamente envolvente impulsado por la voz revoloteante y parecida a la de un pájaro de Paas, fue aclamado, fue incluido en la lista larga para el premio Polaris y reveló a la intérprete de respaldo de toda la vida como una cantautora deslumbrante por derecho propio. Piensa en la nieblael segundo de Paas, es aún mejor: un ciclo de canciones deslumbrantes encaramado entre el folk-pop y el jazz coral. Con sus sintetizadores cutres y su calidez New Age, emerge claramente de la misma escena regional que produjo discos como el de Bernice. Crucero y los álbumes homónimos de Fresh Pepper, enamorados de una especie de kitsch de jazz suave.
Sin embargo, la sinceridad de Paas y su preocupación por los placeres del mundo natural anulan cualquier sentido de artificio. Ha descrito “Maybe I’ll Fade”, la pieza central de ensueño que parece un himno del álbum, como “una oda psicosexual a las Cataratas del Niágara”, y no parece estar bromeando. La canción llena de asombro infantil, su melodía se filtra en lugar de repetirse, mientras el cantante anhela ser “el agua en la cascada/A la vez infinita e infinitamente nueva”. Finalmente, se evapora y se convierte en «Made of Mist» (¿Consíguelo?), una coda sin palabras de agua que brota y armonías etéreas. Con respecto a TLC, ninguna música ha sido nunca más cachonda para una cascada.
La voz clara y cristalina de Paas, refinada durante su infancia en un coro de ópera, le da al álbum un brillo de otro mundo. En melodías folklóricas serpenteantes como “Autumn Roses” y “No Metaphor”, su voz tiene una cualidad libre que evoca Corte y chispa-era Joni Mitchell: la forma en que flota sobre los acordes, entrando y saliendo de la armonía, siguiendo su propia lógica melódica peculiar. En “Whatever That Means”, toma una canción sobre la incertidumbre y le da vueltas a esa emoción al superponer su voz en un mosaico de armonías en tecnicolor. Las letras que parecen ambivalentes en la página (“Es normal no estar enamorado/O si estás enamorado/Es normal no estar realmente seguro”) están bañadas en una profundidad sonora mareante. Incluso la canción menos atractiva del disco, “Night Picture”, se ve enriquecida por la facilidad de Paas con arreglos de voz excéntricos, que aportan algo de color a una balada que de otro modo sería apática.