Reina una calma incómoda en Yamena, la capital de Chad, después de que 19 personas murieran en un intento de ataque al complejo presidencial.
Los informes dicen que individuos en tres vehículos atacaron los campamentos militares alrededor de la oficina del presidente, pero el ejército los neutralizó.
18 insurgentes murieron durante el fallido asalto a la oficina del presidente el miércoles por la noche, que también provocó la muerte de un miembro de las fuerzas de seguridad.
«Hubo 18 muertos y seis heridos» entre los atacantes «y sufrimos un muerto y tres heridos, uno de ellos de gravedad», afirmó el ministro de Asuntos Exteriores y portavoz del Gobierno de Chad, Abderaman Koulamallah.
Horas después del tiroteo, Koulamallah apareció en un vídeo, rodeado de soldados y con una pistola en el cinturón, diciendo: «La situación está completamente bajo control… el intento de desestabilización fue sofocado».
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El ataque coincidió con una visita oficial del ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, a Chad.
Horas antes de que estallara el tiroteo, Wang Yi se había reunido con el presidente de Chad, Mahamat Idriss Deby, y otros altos funcionarios.
Según Koulamallah, Deby se encontraba en el complejo presidencial en el momento del ataque.
En una declaración posterior al incidente, el Ministerio de Asuntos Exteriores de China dijo que apoya firmemente a Chad en sus esfuerzos por mantener el país seguro y estable.
Cuando se le preguntó en una rueda de prensa periódica sobre los mortales disparos, un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino señaló que Wang había concluido su visita al país africano.
Déby tomó el poder después de que los rebeldes mataran a su padre en 2021, tras gobernar Chad durante 39 años.
Una fuente de seguridad dijo a la agencia de noticias francesa AFP que los atacantes eran miembros del grupo armado Boko Haram. Pero el portavoz Koulamallah dijo que «probablemente no» eran rebeldes y los describió como «Pieds Nickeles» borrachos, en referencia a un cómic francés que presenta a delincuentes desventurados.
El ataque se produce menos de dos semanas después de que Chad celebrara unas reñidas elecciones generales que el gobierno aclamó como un paso clave para poner fin al régimen militar. Estuvo marcado por una baja participación y acusaciones de fraude por parte de la oposición.