La violencia se produce después de que el tribunal superior de Mozambique confirmara el 23 de diciembre que el partido gobernante Frelimo ganó las controvertidas elecciones presidenciales celebradas en octubre, lo que desató protestas.
El país del sur de África también aún recuperándose de los devastadores efectos del ciclón Chidoque llegó hace apenas unas semanas.
La situación actual está obstaculizando los esfuerzos humanitarios vitales para las comunidades que lo perdieron todo en la tormenta, al tiempo que desafía la respuesta para ayudarlos.
Huyendo a Malawi y Eswatini
ACNUR y el Gobierno de Malawi han identificado a unas 2.000 personas que cruzaron la frontera durante la semana pasada, mientras que otras 1.000 entraron en Eswatini.
Entre los recién llegados se encuentran refugiados y solicitantes de asilo de diversas nacionalidades que han estado viviendo en Mozambique, y la agencia está expresando preocupación por la escalada de desplazamientos y su impacto en las poblaciones afectadas.
Chansa Kapaya, Directora Regional del ACNUR para África Austral, dicho Tanto los refugiados como los civiles se enfrentan a riesgos inmensos, pierden sus medios de vida y dependen de la asistencia humanitaria.
“Si bien estamos agradecidos por la generosidad de Malawi y Eswatini, El apoyo inmediato es crucial para abordar el empeoramiento de la crisis y evitar más sufrimiento.”, dijo.
Refugios superpoblados, comida insuficiente
Las personas que huyeron a Malawi informaron que escaparon de ataques y saqueos en sus aldeas. Muchos caminaron largas distancias y cruzaron el río Shire a pie o en pequeñas embarcaciones. Entre ellos se encuentran mujeres embarazadas, ancianos y niños que han comido poco.
ACNUR ha proporcionado tiendas de campaña, mantas y kits de higiene para ayudar a los más vulnerables, pero señaló que siguen existiendo importantes lagunas en la asistencia humanitaria.
Los refugios están superpoblados, las instalaciones sanitarias son inadecuadas y el acceso a alimentos y agua potable es insuficiente, afirmó la agencia. Además, en algunos lugares más de 1.000 personas comparten una sola letrina, lo que aumenta significativamente el riesgo de enfermedades.
Recursos adicionales esenciales
En Eswatini, muchos de los recién llegados informan que han perdido sus tiendas y negocios debido a la violencia.
El centro de recepción de refugiados de Malindza, originalmente diseñado para 250 personas, ahora alberga a más de 1.000. ACNUR está colaborando con las autoridades y socios locales para brindar asistencia, pero dijo que se necesitan urgentemente recursos adicionales para sostener la respuesta y prepararse para más recién llegados.
La agencia advirtió que la situación tanto en Malawi como en Eswatini se está volviendo crítica, con el creciente número de refugiados y solicitantes de asilo poniendo a prueba unos recursos ya desbordados.
Si bien subrayó su compromiso de trabajar con las autoridades y socios locales, ACNUR instó a la comunidad internacional a brindar apoyo a los países anfitriones y a las poblaciones afectadas.