En 2024, el boxeo se definió a un solo round: Round 8 de Vergil Ortiz vs. Serhii Bohachuk. Capturó la esencia del deporte: resistencia, poder y corazón, dejando a los fanáticos sin aliento y a los expertos buscando palabras. Con más de 125 golpes lanzados y numerosos cambios dramáticos de impulso, este sprint de tres minutos mostró la habilidad, la voluntad y la búsqueda incesante de la victoria que representa el boxeo.
De cara a la pelea, tanto Ortiz (20-0, 20 KOs) como Bohachuk (24-2, 23 KOs) ya eran peleadores destacados. Ortiz, conocido por su implacable presión y poder de nocaut, era el favorito, pero la tasa de nocaut del 96% de Bohachuk lo convirtió en un oponente peligroso. La pelea estuvo a la altura de sus expectativas desde el principio, con la precisión de Ortiz contrastando con el poder puro de Bohachuk. Al principio, Ortiz fue derribado por primera vez en su carrera en el primer asalto, lo que aumentó la intriga y elevó aún más las apuestas. Para el octavo asalto, la pelea ya se había convertido en un clásico, pero fue este asalto el que selló su estatus legendario.
El octavo round comenzó con ambos peleadores mostrando signos de fatiga. Ortiz, aunque técnicamente hábil, parecía agotado, mientras que Bohachuk parecía rejuvenecido y aprovechó una temprana oportunidad. Un gancho de izquierda envió a Ortiz a la lona, marcando la segunda vez en la noche, y la segunda vez en su carrera, que fue derribado. La arena estalló y Bohachuk levantó los brazos para celebrar, sintiendo el significado del momento.
Sin embargo, Ortiz no retrocedió. En cambio, se defendió con una agresión implacable. Durante los siguientes dos minutos, ambos peleadores intercambiaron golpes a un ritmo vertiginoso. Bohachuk conectó varios derechazos y otro fuerte gancho de izquierda, mientras que Ortiz contraatacó con castigadores golpes al cuerpo y ganchos superiores. En los últimos 30 segundos, el asalto se convirtió en una demostración de fuerza de voluntad, ya que ambos peleadores intercambiaron golpes con abandono imprudente, resaltando su acondicionamiento y determinación.
Cuando sonó la campana final después de 12 asaltos, Ortiz ganó por decisión mayoritaria: 113-113, 114-112 y 114-112. Pero el resultado fue secundario frente a la acción del octavo asalto, un asalto que será recordado como uno de los mejores en la historia del boxeo.
Si bien la ronda 8 de Ortiz vs. Bohachuk se robó la atención, 2024 ofreció otras rondas memorables que mostraron el drama, la habilidad y la pura imprevisibilidad por la que viven los fanáticos del boxeo.
Estos asaltos, aunque carecieron de la intensidad singular del octavo asalto de Ortiz vs. Bohachuk, resaltaron la profundidad del talento y la narración que definieron el año en el boxeo.
Abdullah Mason contra Yohan Vásquez, Ronda 1
Este choque de peso ligero generó una de las secuencias más salvajes del año y solidificó el estatus de Mason como uno de los mejores prospectos del boxeo.
En el primer asalto, Vásquez derribó a Mason con un gancho de izquierda perfectamente sincronizado. Mason, sin inmutarse, respondió momentos después con un atronador gancho de izquierda que envió a Vásquez a la lona. Justo cuando el impulso parecía girar a favor de Mason, Vásquez lanzó otro gancho de izquierda que derribó a Mason nuevamente.
La naturaleza de ida y vuelta de la ronda personificó la imprevisibilidad del deporte y mostró el coraje y la resistencia que han convertido a Mason en una estrella en ascenso en el mundo del boxeo.
Jesse ‘Bam’ Rodríguez contra Juan Francisco Estrada, Ronda 6
En junio, dos de los mejores técnicos del deporte se enfrentaron en una pelea que demostró habilidad y estrategia.
Aunque Rodríguez pareció tener el control durante gran parte de la pelea, Estrada les recordó a todos por qué él mismo es un futuro miembro del Salón de la Fama en el sexto asalto. Con dos golpes fuertes, Estrada conectó un derechazo que envió a Rodríguez a la lona.
La caída fue un raro momento de vulnerabilidad para el peleador más joven, pero Rodríguez se recuperó admirablemente, usando su mano izquierda y su gancho derecho para recuperar el control y detener a Estrada en el séptimo asalto.
Entonces, ¿qué hizo que la Ronda 8 de Ortiz vs. Bohachuk fuera tan especial para destacarse por encima de estos otros dos?
Fue la combinación de factores que rara vez se ven en una ráfaga de tres minutos. El gran volumen de golpes fue impresionante, pero fue la calidad lo que lo hizo extraordinario. Ambos hombres conectaron golpes devastadores, y la caída añadió dramatismo. La respuesta de Ortiz fue legendaria, regresando furioso después de la caída contra un Bohachuk en ascenso, llevando a ambos peleadores a sus límites.
Ese asalto fue un testimonio de la fortaleza física y mental de ambos peleadores, y demostró por qué el boxeo sigue siendo un deporte poderoso. Ortiz vs. Bohachuk no fue sólo una pelea; fue un recordatorio del potencial del deporte en su más alto nivel. A medida que termina el año, los fanáticos del boxeo recordarán el octavo asalto de Ortiz vs. Bohachuk como un momento decisivo de 2024: una pelea por la gloria, la historia y el corazón del boxeo.