Los combatientes rebeldes tomaron Damasco el domingo, lo que desató celebraciones mientras multitudes coreaban consignas contra Assad.
Los combatientes rebeldes irrumpieron en Damasco, la capital de Siria, el domingo, acercándolos a una victoria sorprendente.
Después de años de un estancamiento agotador, la marea cambió dramáticamente en sólo dos semanas. El domingo, la principal coalición rebelde declaró en su canal Telegram que había tomado el control de Damasco y que las fuerzas sirias estaban en retirada.
Multitudes se han reunido para celebrar en las plazas centrales de Damasco, coreando consignas contra Assad y tocando bocinas de automóviles.
En la Plaza Umayyad, ubicada en el corazón de la capital siria, la gente ondeaba la bandera verde que simbolizaba el levantamiento de Siria contra el régimen de Assad, un evento que no se había visto en más de una década, antes de que las protestas masivas escalaran hasta convertirse en una devastadora guerra civil.
A sólo unos kilómetros de la Plaza Omeya, los sirios irrumpieron en el palacio presidencial, arrancando retratos de Assad de las habitaciones de invitados donde el líder derrocado alguna vez recibió a los jefes de estado visitantes.