Un dolor difícil de nombrar acecha Despegue de la misericordiatercer álbum de Khari Lucas como Contour. A través de un neo-soul y un blues psicodélico, el cantante y productor de Charleston considera cómo una vida llena de sufrimiento puede aún ser heroica, cómo la autoestima puede surgir de fuentes sorprendentes. “Me entrego mi cuerpo y mi carne/ ¿Y el corazón y la mente? No puedo localizarlos, han estado escondidos durante mucho tiempo”, canta en “Watchword”, mientras su tenor terrenal tiembla con una extraña mezcla de tristeza y fuerza. Los hablantes de las canciones de Lucas buscan la trascendencia, ya sea a través de la bebida o las drogas, la ambición o el romance, la religión o la muerte. Hay pocos momentos de absoluta liberación emocional; Lucas prefiere operar en la neblina, su música nunca se eleva demasiado ni baja demasiado.
Como ha hecho a lo largo de su catálogo, Lucas sitúa Despegue de la misericordia dentro de un linaje histórico y artístico distinto. Su álbum de 2022, ¡Adelante!utilizó muestras y fragmentos de películas realizadas por LA Rebellion, un colectivo de cineastas negros fundado a finales de los años 1960. Estas voces de archivo reafirmaron el espíritu de resiliencia y redención del disco, colocando ¡Adelante! dentro de una conversación intergeneracional. Para ayudar a dar forma a la estructura de tres actos de Despegue de la misericordiaLucas estudió la novela de Toni Morrison. Canción de Salomón. La influencia más obvia del disco, sin embargo, es lo que Lucas llama “el bluesman sureño itinerante”, un personaje histórico y artístico que buscó canalizar durante su proceso de composición.
En la línea del cantante de blues viajero, Lucas construye la mayoría de las canciones a partir de la guitarra, un instrumento que identifica como una “herramienta para documentar tu propia historia y continuar con cuentos y tradiciones generacionales”. Trabajando en estrecha colaboración con el coproductor Omari Jazz, sus dedos en espiral generan trances oníricos alrededor de su canto lastimero. En el primer álbum, “If He Changed My Name”, Lucas canta una serie de líneas cuyo tono es difícil de precisar: “Véndeme drogas, véndeme drogas, las necesito con urgencia/Suplicando a la multitud, con una sonrisa/Alguna locura de juglar .” ¿El artista negro sufre una enfermedad y suplica un respiro, o está promulgando estereotipos para ganar favor y ganancias? La producción sobria y rica en detalles le da a Lucas espacio para explorar ideas tan espinosas, deambulando a través de versos y crisis con el fervor silencioso de alguien que recita oraciones en voz baja.