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Se invita al mundo a unirse en Bakú y respetar la tregua de la COP como símbolo de responsabilidad compartida, resiliencia y esperanza, escribe Yalchin Rafiyev.
Este año, el mundo se ha reunido en Bakú para la COP29, un evento histórico que ofrece la oportunidad de avanzar significativamente en la agenda climática global.
Sin embargo, la COP29 ofrece más que una plataforma para debates y compromisos; introduce un llamado a la acción sin precedentes conocido como la “Tregua COP”, instando a las naciones a detener las operaciones militares durante el mes de la conferencia.
Este llamamiento, inspirado en la Tregua Olímpica, representa una poderosa iniciativa de la Presidencia de la COP29, diseñada para fomentar la paz, la preservación del medio ambiente y la lucha global contra el cambio climático.
La Tregua de la COP se inspira en la Tregua Olímpica, que ha sido revivida por la comunidad internacional desde principios de los años 1990.
Arraigada en una resolución de las Naciones Unidas aprobada en 1993, la Tregua Olímpica llama a las naciones a suspender las hostilidades durante los Juegos Olímpicos como símbolo de paz y unidad. Esta tradición se ha honrado cada dos años, y la última resolución reafirmó la Tregua Olímpica en noviembre de 2023.
Reconociendo la necesidad similar de unidad en la crisis climática, la Presidencia de la COP29 ha adaptado este concepto para crear la iniciativa COP Trece, pidiendo el cese de las operaciones militares durante el mes de la conferencia.
Se propone que el período de tregua de la COP abarque noviembre, la duración de la COP29. Este período de alto el fuego se alinea con los objetivos de la agenda de acción climática, subrayando la conexión entre la paz y la estabilidad ambiental, ayudando a centrarnos en nuestros desafíos climáticos.
¿Cuál es el fundamento de la iniciativa de Tregua en la COP?
La Tregua de la COP está motivada por dos objetivos centrales: reducir el impacto ambiental y promover la unidad frente al cambio climático.
Las actividades militares globales contribuyen significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero, que se estima representan el 5,5% de las emisiones globales anuales, una cifra más alta que las de los sectores de la aviación y el transporte marítimo combinados.
Los devastadores impactos ambientales de los conflictos, desde la destrucción de ecosistemas hasta la contaminación del suelo, el agua y el aire, contribuyen al empeoramiento de la crisis climática y obstaculizan los esfuerzos para proteger los recursos naturales. Las guerras y los conflictos armados pueden inutilizar grandes zonas, contaminar los ecosistemas y dejar cicatrices ambientales duraderas.
La Tregua de la COP busca mitigar este costo ambiental reduciendo temporalmente las emisiones basadas en conflictos y permitiendo que los ecosistemas críticos respiren. Esta Tregua representa un llamado crucial para reconocer el impacto de las emisiones militarizadas y priorizar la salud ambiental.
El cambio climático es una amenaza existencial para la humanidad que afecta a todas las regiones, a todas las economías y a todas las personas. A diferencia de las cuestiones políticas tradicionales que dividen, la crisis climática requiere una respuesta unida y apolítica.
Las conversaciones sobre el clima no deben politizarse y deben trascender los conflictos políticos, priorizando la salud de nuestro planeta y las generaciones futuras. Este principio está en el centro de la iniciativa de Tregua en la COP.
Al dejar de lado las diferencias políticas, la Tregua de la COP brinda una oportunidad para que las naciones se unan bajo el objetivo compartido de salvaguardar el planeta.
¿Cuáles son los mensajes clave?
Los mensajes esenciales que encarnan los objetivos y la importancia de la Tregua de la COP incluyen el hecho de que la crisis climática amenaza vidas y medios de subsistencia.
El cambio climático plantea una amenaza existencial para miles de millones de personas y afecta a todas las regiones y comunidades. Las decisiones que se tomen hoy determinarán el futuro de las generaciones venideras, lo que subraya la necesidad urgente de adoptar medidas decisivas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y proteger los recursos naturales del mundo.
Además, los conflictos y la crisis climática se empeoran mutuamente. Los conflictos en curso y la crisis climática se alimentan mutuamente en un ciclo destructivo.
Las regiones devastadas por la guerra sufren una grave degradación ambiental, mientras que la perturbación de las economías, la infraestructura y los servicios locales aumenta la vulnerabilidad y la desigualdad, lo que hace que las poblaciones sean menos resilientes a los impactos climáticos.
La actividad militar impulsa las emisiones de gases de efecto invernadero. Las operaciones militares contribuyen significativamente a las emisiones globales, con una huella ambiental mayor que las emisiones combinadas de las industrias de la aviación y el transporte marítimo. Las tierras y aguas contaminadas que quedaron tras el conflicto presentan cicatrices ecológicas duraderas que obstaculizan la recuperación natural.
Sin embargo, unidos defendemos una tregua mundial en la COP. La Iniciativa de Tregua de la COP incluida en el Llamamiento Solemne Conjunto llama a todas las partes a detener los conflictos y dejar de lado las diferencias políticas durante la COP29. Esta es una profunda invitación a permanecer unidos, centrándonos en nuestro objetivo compartido de salvaguardar la Tierra para las generaciones futuras.
El llamado a una tregua en la COP va más allá de un cese temporal de las hostilidades. Simboliza el papel de la cooperación y la paz como componentes indispensables de la acción climática global.
Al suspender los conflictos durante la COP29, la comunidad internacional puede centrarse en abordar la crisis climática con toda su atención. Esta iniciativa es también una invitación a todos los individuos, gobiernos y organizaciones a adoptar la acción climática como una misión compartida.
Un total de 130 países se han sumado a la iniciativa, que cuenta con el apoyo de más de mil instituciones internacionales, representantes del sector privado, organizaciones de la sociedad civil y figuras públicas influyentes.
Su apoyo refleja un poderoso reconocimiento colectivo: que lograr la justicia climática y construir la paz son objetivos fundamentalmente interconectados. La Tregua de la COP no es simplemente un gesto simbólico; es un recordatorio de que las crisis globales requieren soluciones compartidas. Cuando hablamos de acción climática, necesariamente estamos hablando también de los fundamentos de la paz. Para obtener la lista completa de seguidores, consulte a continuación.
La paz como camino hacia la resiliencia climática
Ante desafíos climáticos sin precedentes, la Tregua de la COP es un rayo de esperanza. Al suspender los conflictos durante la COP29, la comunidad internacional puede enviar un poderoso mensaje de que la paz no sólo es posible sino necesaria en el camino hacia un futuro sostenible.
El cambio climático no conoce fronteras y la necesidad de una acción colectiva nunca ha sido más apremiante. La COP29 presenta una oportunidad para reafirmar los compromisos globales con la paz y la resiliencia climática.
Se invita al mundo a unirse en Bakú y respetar la Tregua de la COP como símbolo de responsabilidad compartida, resiliencia y esperanza.
A través de la Tregua de la COP, podemos comenzar a construir un futuro en el que tanto la paz como la protección del medio ambiente se conviertan en prioridades universales, asegurando un planeta habitable para las generaciones venideras.
Yalchin Rafiyev es el negociador principal de la COP29 en Azerbaiyán.