Los tifones Kristine y Leon causaron daños generalizados en Filipinas, dejando a miles de familias y niños sin acceso a agua potable e instalaciones sanitarias.
Los ciclones tropicales número 11 y 12 que azotaron el país este año afectaron al menos a 4,2 millones de personas (aproximadamente 1,3 millones de ellas niños) y desplazaron a más de 300.000.
Empeoramiento de la crisis del agua y el saneamiento
Los recientes tifones han exacerbado las fragilidades preexistentes donde el acceso a agua potable y servicios de saneamiento ya era limitado. En algunas comunidades se ha informado de defecación al aire libre y las instalaciones fueron arrasadas, lo que genera preocupación sobre brotes de enfermedades.
“No podemos enfatizar lo suficiente la importancia de los suministros que salvan vidas durante y después de una emergencia.,» dicho Representante de UNICEF en Filipinas Oyunsaikhan Dendevnorov.
«Estamos trabajando con nuestros socios para proporcionar agua, saneamiento e higiene a las familias y niños afectados para garantizar su acceso a medidas críticas contra la propagación de enfermedades», subrayó.
Desde el 31 de octubre, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y sus socios han distribuido 2.950 kits de higiene y agua a familias en las provincias más afectadas de Camarines Sur y Albay en la región de Bicol.
En los próximos días se entregarán 350 kits adicionales a través de asociaciones con Acción contra el Hambre y Plan Internacional Pilipinas.
Educación interrumpida
El Departamento de Educación estima que al menos 500 escuelas de la región de Bicol necesitan asistencia urgente, tras los recientes tifones interrumpiendo el aprendizaje de 20 millones de niños en todo el país.
“UNICEF firmemente insta a que las escuelas sigan dedicadas a la educación y no se utilicen como centros de evacuación para que los niños sigan teniendo un entorno de aprendizaje estable”, afirmó el Jefe de Educación de UNICEF Filipinas, Akihiro Fushimi.
En colaboración con las autoridades educativas locales, UNICEF proporcionará material educativo a 14.594 alumnos y 765 profesores en 25 escuelas y cinco centros de desarrollo comunitario.
“Garantizar que el aprendizaje de los niños no se vea interrumpido es una prioridad para UNICEF”, enfatizó además el Sr. Fushimi, destacando la importancia de brindar a los niños una sensación de normalidad en medio del caos.
Una temporada de incertidumbre
Filipinas, que ya es el país más propenso a desastres del sudeste asiático, enfrenta fenómenos meteorológicos cada vez más frecuentes y severos debido al cambio climático.
Con las tormentas Marce y Nika impactando muchas de las mismas regiones el fin de semana pasado y con la formación de un nuevo sistema climático que podría convertirse en la tormenta tropical Ofel, los esfuerzos de recuperación están bajo una inmensa presión.
A pesar de estos desafíos, el gobierno ha intensificado su respuesta, mientras UNICEF y sus socios continúan apoyando a las comunidades con recursos e intervenciones críticas.
Coordinador Residente de la ONU en Filipinas Gustavo González explicó recientemente en un blog sobre el creciente riesgo que representan los peligros naturales para Noticias ONU: “Como vemos, la exposición a los desastres y la vulnerabilidad al cambio climático han obligado a los filipinos a cultivar un sentido único de resiliencia. El espíritu de ‘salvar vidas’ está ampliamente difundido en las comunidades locales”.
“Como suelen decir los filipinos, ‘mientras haya vida, hay esperanza’”, añadió.