Los recientes ataques a la infraestructura energética han diezmado el 65 por ciento de la capacidad de generación de energía de Ucrania, interrumpiendo gravemente el suministro de electricidad, calefacción y agua en todo el país.
«El costo emocional cada vez mayor sobre personas inocentes quedó claro durante mi visita al país la semana pasada», informó Kelly Clements, Alta Comisionada Adjunta de las Naciones Unidas para los Refugiados, señalando que «los intensos ataques a infraestructuras críticas y sitios civiles – constantes ataques de guerra sobre infraestructura crítica y sitios civiles” y advertencias de ataques aéreos, “están cobrando un grave precio a la salud física y mental”.
Desde agosto, aproximadamente 170.000 personas se han visto obligadas a huir de sus hogares en el este de Ucrania, lo que se suma a los casi cuatro millones que siguen desplazados dentro de Ucrania y a 6,7 millones más que deben refugiarse fuera del país.
Esto incluye 400.000 nuevos refugiados que huyeron a otros países europeos, desde principios de 2024 hasta finales de agosto.
La vida cotidiana bajo constante amenaza
En Kharkiv, una de las regiones del país más afectadas por la guerra, la realidad del conflicto es crudamente evidente.
Durante una visita a un centro apoyado por ACNURla señora Clements recordó que “sonaron explosiones de fondo”.
Durante su visita, Clements conoció a Svitlana, una mujer de 65 años cuyo apartamento fue destruido por una bomba planeadora, y describió su “tranquila determinación” como un poderoso recordatorio del “espíritu de Ucrania, incluso cuando el trauma de la guerra impregna la vida diaria”. ”.
La visita coincidió con la primera nevada de la temporada, lo que marcó el inicio de lo que será el tercer invierno de guerra a gran escala. Con continuos ataques a instalaciones energéticas y estructuras civiles, los civiles enfrentarán graves desafíos en los próximos meses..
El impacto de la educación ha sido particularmente severo: innumerables niños se han perdido la interacción social y las experiencias en el aula. En Kharkiv, los niños han sido obligados a estudiar en refugios subterráneos; escuelas “metro” que carecen de luz natural y áreas de juego, para evitar frecuentes ataques aéreos.
Los esfuerzos de recuperación continúan en medio de un déficit de financiación
A pesar de estos desafíos, hay signos de resiliencia y recuperación. El Gobierno de Ucrania ha estado “liderando los esfuerzos humanitarios y de recuperación con una velocidad impresionante”, afirmó la Sra. Clements. Añadió que “los socorristas locales limpian rápidamente los escombros y tapian los lugares de ataque, lo que simboliza la fuerza y determinación de Ucrania”.
Sin embargo, el llamamiento del ACNUR para 2024, que busca 1.000 millones de dólares para 2024, sólo está financiado un poco más de la mitad.
“Ahora no es el momento de que los socios den la espalda”, advirtió la señora Clements, enfatizando la necesidad urgente de un apoyo continuo mientras Ucrania entra en su tercer invierno de guerra a gran escala.