Un nuevo estudio revela alarmantes riesgos para la salud derivados del uso de estufas de gas en los hogares europeos, y relaciona las emisiones de las estufas de gas con aproximadamente 40.000 muertes prematuras cada año en la Unión Europea y el Reino Unido.
La Universidad Jaume I de España llevó a cabo el estudio, que incluyó el primer análisis a nivel europeo sobre el impacto en la salud de cocinar con gas en interiores. Los hallazgos resaltan un riesgo significativo para la salud pública, particularmente en las áreas tradicionales donde las estufas de gas son la norma.
Contaminación por estufas de gas y riesgos para la salud respiratoria
El estudio fue financiado por la Fundación Europea para el Clima y encontró que el uso de estufas de gas en interiores generaba altos niveles de dióxido de nitrógeno (NO₂). Estos pueden exacerbar las enfermedades respiratorias y contribuir a la mortalidad prematura. Además, se estima que las estufas de gas contribuyen a cientos de miles de casos de asma infantil anualmente en la UE y el Reino Unido, lo que refleja los hallazgos en los EE. UU., donde alrededor del 12 por ciento de los casos de asma pediátrica están relacionados con la cocina a gas.
La investigadora principal, Juana María Delgado-Saborit, dijo a Bloomberg Green que la contaminación de las estufas de gas es “tóxica desde una perspectiva de salud pública” y que el número de muertes “es mucho peor de lo que pensábamos”.
El estudio sugiere que el costo real para la salud puede estar subestimado, ya que las estufas de gas emiten contaminantes además del NO₂, incluidas partículas y monóxido de carbono, que no se incluyeron en el estudio.
Estufas de gas en los hogares europeos
Alrededor de un tercio de los hogares europeos dependen de estufas de gas para cocinar, que emiten contaminantes que pueden superar los límites legales de calidad del aire interior. Una investigación separada ha demostrado que las emisiones de los hogares representan alrededor del 25 por ciento de la producción de gases de efecto invernadero en la UE. Países como el Reino Unido, Rumania, Polonia e Italia, donde la cocina a gas es más común, son especialmente vulnerables a los impactos en la salud causados por la contaminación de las estufas de gas.
La Comisión Europea está revisando ahora las normas para las estufas de gas, lo que puede conducir a regulaciones más estrictas sobre las emisiones de NO₂ y el etiquetado de contaminantes. Algunos países europeos, como Francia y Dinamarca, ya están tomando medidas para eliminar gradualmente el gas a fin de cumplir los objetivos climáticos, abordando preocupaciones tanto ambientales como de salud.
Mientras tanto, se recomienda que los consumidores ventilen sus cocinas cuando utilicen estufas de gas y, si es posible, consideren cambiar a estufas eléctricas.
Sin embargo, la electricidad cuesta considerablemente más que el gas y durante el invierno, las “bombonas” de gas son una opción popular para mantener calientes los hogares a un precio razonable.