La Ley de Redes Digitales, una regulación de telecomunicaciones actualizada, está prevista para principios de 2025, pero los estados miembros siguen preocupados por los planes de la Comisión de la UE.
Los países de la UE siguen divididos sobre los planes de la Comisión Europea de reformar las normas de telecomunicaciones para mejorar la conectividad, según las actas de un grupo de trabajo de telecomunicaciones vistas por Euronews, que sugieren que los niveles de inversión en el sector siguen siendo una fuente de discordia.
La Comisión inició en febrero una serie de debates diseñados para abordar los problemas de conectividad, espectro e inversión, con miras a la adopción de legislación nueva o actualizada en el próximo mandato.
Los representantes de los gobiernos nacionales pretenden llegar a una posición común sobre un libro blanco de la Comisión sobre conectividad antes de diciembre. Hungría, que preside las conversaciones hasta finales de este año, presentó un segundo borrador a principios de esta semana.
Los Estados miembros se han mostrado escépticos ante las propuestas y cuestionaron su necesidad.
A pesar del trabajo de los húngaros en un texto de compromiso, algunas cuestiones siguen sin resolverse, incluida la cuestión de si la consolidación de los mercados nacionales conducirá a más inversiones, y países como Rumania y Portugal han sugerido eliminar este pasaje de la propuesta.
La delegación holandesa sugirió mantener un marco legal que permita a los supervisores nacionales intervenir en los mercados nacionales de telecomunicaciones sobre la base de su regulación local, y esto fue apoyado por Bélgica, Alemania, Irlanda, Malta y Suecia.
Francia, Grecia y Luxemburgo también han cuestionado las implicaciones de la propuesta de introducción de inversiones en redes de comunicación sostenibles.
Parte justa diluida
El Libro Blanco de la Comisión sugirió que es necesario reevaluar el futuro de la infraestructura digital. Esto allana el camino para una nueva ley de telecomunicaciones para el próximo mandato: la Ley de Redes Digitales (DNA), que se publicará a principios de 2025.
El ejecutivo quiere abordar los problemas de conectividad, espectro e inversión, ya que las nuevas aplicaciones tecnológicas requieren cada vez más procesamiento y almacenamiento de datos.
La idea inicial de la llamada opción de “participación justa”, en la que las grandes empresas tecnológicas pagarían por la infraestructura de telecomunicaciones, ya fue diluida en una consulta pública que detalló varias opciones políticas.
Las opciones podrían incluir ampliar el alcance de las actuales normas de telecomunicaciones de la UE, que salvaguardan el acceso a la red y la competencia, para “garantizar un campo de juego regulatorio” con igualdad de derechos para todas las empresas activas en el sector.
Hungría pidió a los países que presentaran posibles líneas rojas y obstáculos importantes antes del 22 de octubre; el tercer texto de compromiso se discutirá luego el 12 de noviembre.
A Henna Virkkunen, comisionada entrante de tecnología, se le ha encomendado la tarea de “trabajar en una nueva Ley de Redes Digitales, para ayudar a impulsar la banda ancha segura de alta velocidad, tanto fija como inalámbrica”, según su carta de misión. Dado que se espera que la nueva Comisión comience a trabajar el 1 de diciembre, la publicación de un plan a principios de 2025 parece dudosa.
El calendario de la DNA que se publicará el próximo año también se complica por el hecho de que el Código Europeo de Comunicaciones Electrónicas (EECC), que regula las redes y servicios de telecomunicaciones, también se revisará el próximo año.