Faltando poco más de un mes para que los líderes mundiales se reúnan en Bakú, Azerbaiyán, para las conversaciones de la ONU sobre el clima conocidas como COP29, los gobiernos europeos han prometido seguir pagando su parte de los 100.000 millones de dólares anuales destinados a ayudar a los países en desarrollo a hacer frente al cambio climático.
Los ministros de finanzas de la UE reafirmaron el martes que ayudarán a los países en desarrollo a soportar la peor parte del colapso climático y prometieron un “compromiso constructivo” en las próximas conversaciones de la ONU sobre el aumento de la financiación.
Los ministros reunidos en un Consejo de la UE en Luxemburgo expresaron su preocupación porque 2023 había sido “el año más cálido registrado”, con temperaturas promedio globales de 1,45°C por encima de los niveles preindustriales y récords batidos en cuanto a calor de los océanos, aumento del nivel del mar y retroceso de los glaciares.
Según el Acuerdo de París para abordar el calentamiento global, se suponía que los países desarrollados –que, en este contexto, significa los estados miembros de la UE más Australia, Canadá, Japón, Nueva Zelanda, Noruega, Suiza, Turquía, el Reino Unido y Estados Unidos– aumentarían la financiación para la acción climática en los países en desarrollo a 100 mil millones de dólares (91 mil millones de euros) al año para 2020.
Solo lograron alcanzar ese nivel en 2022, dos años después de la fecha límite, cuando el total global ascendió a 116 mil millones de dólares, de los cuales aproximadamente una cuarta parte provino del presupuesto de la UE, el Fondo Europeo de Desarrollo y el Banco Europeo de Inversiones.
Pero las conversaciones de la COP29, que comenzarán el 11 de noviembre en Bakú, Azerbaiyán, probablemente verán un acalorado debate sobre un nuevo objetivo posterior a 2025, conocido como el «nuevo objetivo colectivo cuantificado sobre financiación climática».
Algunas partes del acuerdo de París, incluida la UE, han pedido anteriormente que más países contribuyan, en particular China, la potencia industrial y el mayor contaminador.
En respuesta al anuncio del Consejo, el grupo de campaña Greenpeace reprendió a los gobiernos europeos por no reconocer la responsabilidad de la industria de los combustibles fósiles por la crisis climática.
«Los fenómenos climáticos extremos están afectando a países de todo el mundo, mientras que los grandes contaminadores siguen obteniendo ganancias sin precedentes», dijo Lorelei Limousin de Greenpeace UE. «Es hora de que los gobiernos y la UE les hagan rendir cuentas y les hagan pagar por el daño y el sufrimiento que causan».
La organización de campaña global Climate Action Network estima que los países en desarrollo necesitan alrededor de 1 billón de dólares al año en transferencias de los países más ricos para hacer frente a los efectos del cambio climático, señaló Greenpeace, y pidió a los negociadores de la UE que presionen para aumentar la financiación y los impuestos a los principales contaminadores durante el Bakú habla.
Los ministros responsables de medio ambiente y política climática adoptarán la posición general de la UE para la COP29 en una reunión el 14 de octubre.