El primer ministro kosovar, Albin Kurti, exige a Serbia que entregue a los militantes acusados y dice que Serbia debe rendir cuentas.
El primer ministro de Kosovo, Albin Kurti, exige a Serbia que entregue a los 45 pistoleros serbios acusados que presuntamente estuvieron involucrados en el ataque que mató a un oficial de policía albanokosovar, Afrim Bunjaku, el año pasado.
«Los matones que quieren la guerra en Kosovo, en los Balcanes, no tendrán cabida en Kosovo. No sé lo que pasará en Serbia, pero no podrán caminar libremente por Kosovo», dijo durante una visita al pueblo de Banjska en honor a Bunjaku.
En septiembre del año pasado, un grupo de hombres armados serbios abrió fuego cerca de la aldea, en el norte de Kosovo, y mató a Bunjaku e hirió a otro. El grupo huyó a un monasterio ortodoxo serbio cercano, donde se enfrentó durante 12 horas a la policía local.
Los fiscales de Kosovo han presentado cargos contra 45 personas por violación del orden constitucional y legal, actividades terroristas, financiación del terrorismo y blanqueo de dinero. Los cargos conllevan una pena máxima de cadena perpetua.
Hasta el momento sólo tres personas han sido detenidas mientras el resto se encuentra prófugo.
Kurti dijo que Serbia es responsable y debe rendir cuentas, y afirma que el objetivo del ataque era anexar una parte de Kosovo.
«Ha transcurrido un año desde la heroica caída del policía kosovar Afrim Bunjaku, quien junto con sus colegas llegó al lugar donde se estaba preparando una emboscada contra nuestros policías por parte de paramilitares y terroristas orquestados, dirigidos y financiados por Serbia», dijo el Primer Ministro.
Kurti añade que el grupo había intentado llevar una gran cantidad de armamento a Kosovo, con el propósito de instigar «un conflicto más amplio y prolongado».
Serbia niega las acusaciones y dice que los hombres armados actuaron por su cuenta.
La Unión Europea y Estados Unidos condenaron el ataque y pidieron a Serbia que entregue a los atacantes.
El portavoz de la UE, Peters Stano, destacó la importancia de procesar a los responsables y dijo que es un recordatorio de la necesidad de avanzar en la normalización de las relaciones entre Kosovo y Serbia.
Durante su visita a Banjska, Kurti descubrió el cartel de una carretera que conduce al pueblo y que lleva el nombre del oficial de policía.