14 de septiembre, Nairobi, Kenia-El gobierno de Sudán del Sur ha anunciado que pospondrá las elecciones generales largamente postergadas hasta diciembre de 2026, alegando falta de preparación.
En una declaración a la que tuvo acceso Medios disímiles“La presidencia, bajo la dirección del presidente Salva Kiir Mayardit, ha anunciado una ampliación del período de transición del país por dos años, así como el aplazamiento de las elecciones, inicialmente previstas para diciembre de 2024, al 22 de diciembre de 2026”, dijo el viernes la oficina de Kiir.
Las elecciones son una piedra angular de la democracia y ofrecen a los ciudadanos la oportunidad de elegir a sus líderes.
Sin embargo, en África numerosos países han enfrentado desafíos políticos, logísticos o de seguridad que han llevado al aplazamiento de elecciones.
Si bien el aplazamiento de las elecciones puede en ocasiones salvaguardar la estabilidad, también puede generar inquietudes sobre los procesos democráticos. A continuación se presentan ejemplos clave de países africanos que han aplazado elecciones en los últimos años.
8. Kenia
El proceso electoral de Kenia ha estado plagado de desafíos. En 2017, el país fue noticia cuando su Corte Suprema anuló los resultados de las elecciones presidenciales, citando irregularidades e ilegalidades. Si bien las elecciones originales se llevaron a cabo en agosto, la repetición se llevó a cabo en octubre después de semanas de incertidumbre política y protestas. El aplazamiento de las elecciones puso de relieve las profundas tensiones políticas dentro del país, pero también mostró la fortaleza de su poder judicial.
7. Nigeria
Nigeria, el país más poblado de África, ha sufrido una buena ración de aplazamientos electorales. En 2019, las elecciones generales se retrasaron una semana, apenas horas antes de la fecha prevista para la apertura de las urnas. La Comisión Electoral Nacional Independiente (INEC) citó problemas logísticos como motivo del aplazamiento. De manera similar, en 2015, Nigeria pospuso sus elecciones seis semanas debido a las preocupaciones de seguridad planteadas por la insurgencia de Boko Haram en la parte noreste del país.
6. República Democrática del Congo (RDC)
La República Democrática del Congo ha sufrido reiterados retrasos en su proceso electoral. Las elecciones presidenciales, que se habían programado originalmente para 2016, se pospusieron varias veces y la votación oficial se celebró finalmente en diciembre de 2018. El gobierno alegó problemas logísticos y de seguridad, mientras que los críticos acusaron al entonces presidente Joseph Kabila de retrasar deliberadamente la votación para alargar su permanencia en el poder.
5. Somalia
Somalia, una nación que se recupera de décadas de conflicto, ha tenido dificultades para organizar elecciones a nivel nacional. En 2021, el país pospuso sus elecciones generales debido a desacuerdos entre el gobierno federal y los estados regionales, así como por preocupaciones de seguridad. Este retraso desató tensiones políticas, y los líderes de la oposición acusaron al presidente en ejercicio de intentar extender su mandato ilegalmente. Sin embargo, finalmente se llegó a una resolución para celebrar elecciones más adelante en el año.
4. Libia
Libia, sumida en un conflicto civil desde el derrocamiento de Muammar Gaddafi en 2011, ha sufrido múltiples aplazamientos de su proceso electoral. Las elecciones presidenciales del país, previstas inicialmente para diciembre de 2021, se retrasaron debido a disputas legales sobre la elegibilidad de los candidatos y a la inestabilidad en curso. El aplazamiento puso de relieve las dificultades de reconstruir las instituciones democráticas en un país aún dividido por el conflicto.
3. Sudán del Sur
Sudán del Sur, la nación más joven del mundo, ha sufrido inestabilidad desde que obtuvo su independencia en 2011. Las elecciones previstas inicialmente para 2015 se pospusieron debido a la guerra civil en curso y la falta de preparación. El gobierno de transición del país acordó posteriormente celebrar elecciones en 2023, aunque los retrasos siguen siendo motivo de preocupación en medio de las negociaciones de paz en curso.
2. Etiopía
Etiopía, bajo el liderazgo del primer ministro Abiy Ahmed, pospuso sus elecciones generales de 2020 debido a la pandemia de COVID-19. La decisión, tomada por la Junta Electoral Nacional de Etiopía, se encontró con la oposición de ciertos grupos políticos, lo que provocó un aumento de la tensión política en el país. Las elecciones finalmente se celebraron en junio de 2021, aunque fueron boicoteadas por varios partidos de la oposición.
1. Zimbabue
El panorama político de Zimbabwe ha estado marcado desde hace mucho tiempo por las controversias relacionadas con las elecciones. En 2008, la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del país se retrasó debido a la violencia generalizada y la intimidación que empañaron la votación inicial. El líder de la oposición, Morgan Tsvangirai, se retiró de la contienda, lo que llevó al aplazamiento de la segunda vuelta electoral y a una controvertida victoria de Robert Mugabe. Este acontecimiento sigue siendo un momento crucial en la historia electoral de Zimbabwe.
El creciente desafío de los aplazamientos electorales en África
Los aplazamientos electorales pueden deberse a diversos factores, como problemas logísticos, problemas de seguridad o crisis políticas. Si bien el aplazamiento de las elecciones puede ayudar a mantener la estabilidad y prevenir la violencia, también puede generar inquietudes sobre el retroceso democrático y la retención del poder por parte de los gobernantes. En toda África, el aplazamiento de las elecciones suele ser una señal de problemas subyacentes más profundos en la gobernanza y las instituciones estatales.
Por qué son importantes los aplazamientos de elecciones
El aplazamiento de las elecciones tiene un impacto directo en la democracia y la gobernanza, ya que puede socavar la confianza de los ciudadanos en los procesos electorales, debilitar las instituciones y aumentar la polarización política. Por el contrario, cuando se hace de manera transparente y por razones legítimas, las demoras pueden brindar una oportunidad para que las elecciones sean más creíbles y pacíficas. A medida que las naciones africanas sigan desarrollando sus sistemas políticos, abordar las causas profundas de estos aplazamientos será fundamental para garantizar la estabilidad a largo plazo y la gobernanza democrática.
Conclusión
El aplazamiento de las elecciones no es un fenómeno exclusivo de África, pero la frecuencia y las razones de los retrasos en todo el continente ponen de relieve los complejos desafíos que enfrentan muchas naciones para organizar elecciones libres y justas. Si bien los ejemplos enumerados anteriormente ilustran distintos grados de éxito en la gestión de elecciones aplazadas, también subrayan la importancia de abordar los problemas políticos y estructurales que a menudo conducen a tales retrasos. Para el futuro democrático de África, garantizar la celebración de elecciones oportunas, transparentes y pacíficas seguirá siendo un objetivo fundamental.