Hace cuatro años, la banda de post-punk bielorrusa Molchat Doma se volvió viral en TikTok, y su interpretación de la melancolía postsoviética se convirtió en la banda sonora de videos melancólicos hechos en todo el mundo. Desde entonces, Rusia ha acelerado sus ataques constantes contra Ucrania, y los miembros de Molchat Doma han tenido que abandonar su hogar. Ahora viven entre las palmeras de Los Ángeles, lejos del oxidante bloque del Este con el que han estado tan estrechamente asociados, pero su melancolía permanece. Blanca Polosasu cuarto álbum (y primero desde 2020), Molchat Doma continúa canalizando los sonidos del rock gótico de los 80 al servicio de su particular estilo de tristeza, incorporando una instrumentación más exuberante y segura a la mezcla.
Mientras MonumentoEl último álbum de Molchat Doma estuvo dominado por las guitarras Bauhaus de plomo, Blanca Polosa El zumbido del disco se acompaña de las alas de murciélago industriales de Tangerine Dream; la mayor parte del álbum está impulsado por cajas de ritmos y sintetizadores frenéticos. Como perros esperando a que los alimenten, estos sonidos pulsantes se entremezclan y se mezclan entre sí, y el efecto es cautivador. “Ты Же Не Знаешь Кто Я / Ty Zhe Ne Znaesh Kto Ya” sisea durante un minuto entero antes de que el vocalista Egor Shkutko entre en su frenesí, y la oscuridad de su voz te sumerja más profundamente en una hipnosis fría. Luego vacila, como si estuviera desapareciendo en ácido: “No puedes oírme, no puedes imaginar quién soy”, canta Shkutko en ruso.
Blanca Polosa Shkutko se deleita en la inquietud. Las letras describen días sin dormir, cómo el invierno es implacable y por qué el amor, si es que existe, se encuentra demasiado lejos. A lo largo de todo el disco, Shkutko se lamenta: en “Черные Цветы / Chernye Cvety”, cantando la desilusión sobre un ritmo sedoso de Cocteau Twins; en “Не Вдвоëм / Ne Vdvoem”, una canción de rock de yates para góticos; en “Колесом / Kolesom”, mientras es bombardeado por una granizada de sintetizadores. La indulgente desesperanza del álbum se resume mejor en la imagen de la luna pasiva que mira en “Зимняя / Zimnyaya”, una canción cuya melodía efervescente se derrama amargamente, como champán añejo.
Pero por muy triste que sea, Blanca Polosa También se estremece con energía agitada. Sus mejores momentos son los destellos de los fuegos artificiales, los destellos de sintetizador y los estallidos de bajo en canciones como “Белая Полоса / Belaya Polosa”, que apuntalan los sentimientos de hundimiento continuo de Shkutko. “Я Так Устал / Ya Tak Ustal” también presenta un gemido de sintetizador deliciosamente maximalista, que rodea la desesperación de Shkutko como un anillo de esperanza de luz solar. Pero los momentos en que esa energía flaquea, como en el intermedio aletargado, “Безнадежный Вальс / Beznadezhniy Waltz”, o cuando te das cuenta de que estás escuchando el mismo tono de batería por quinta canción consecutiva, arrastran el álbum a mínimos melodramáticos.