Después de la erupción. Crédito: Oficina Meteorológica de Islandia.
Una reciente erupción volcánica en Islandia ha alterado dramáticamente el paisaje de la península de Reykjanes, atrayendo gran atención tanto de lugareños como de turistas.
La erupción, que comenzó el jueves, abrió una enorme fisura de 4 kilómetros de longitud, de la que salieron torrentes de lava al rojo vivo. El evento se produjo tras una serie de fuertes terremotos y supone la sexta erupción en la región desde diciembre de 2023.
A pesar del impresionante espectáculo natural, las autoridades piden precaución. Las emisiones de gases tóxicos han obligado a cerrar las carreteras que rodean el volcán y se ha evacuado el balneario Blue Lagoon, un popular destino turístico. Aunque el Aeropuerto Internacional de Keflavik permanece abierto, se recomienda a los viajeros que se mantengan informados sobre posibles cambios.
Los humos malolientes del volcán llegan a España
La columna de dióxido de azufre de la erupción ha llegado hasta España, provocando un olor característico a “huevo podrido” en algunas zonas. Este impacto generalizado pone de relieve la necesidad de estar alerta en toda Europa, especialmente para las personas con sensibilidad respiratoria. Aunque no se espera que la actividad volcánica suponga una amenaza directa para la mayor parte de Europa, la situación sigue siendo inestable y nuevas erupciones o actividad sísmica podrían dar lugar a desafíos adicionales.
A pesar del atractivo de presenciar una erupción volcánica, la seguridad debe seguir siendo la máxima prioridad. Para quienes planeen viajar a Islandia o a las zonas afectadas, mantenerse informados a través de fuentes confiables como Oficina Meteorológica de Islandia Se aconseja.
Etiquetas: Islandia, volcán de Islandia