Arqueólogos identificaron recientemente los restos de cuatro entierros funerarios humanos de hace aproximadamente 3.800 años en un espacio del norte de Perú asociado a un culto al agua.
Los restos funerarios agrupados pertenecen a dos niños, un adolescente y un adulto. Fueron enterrados mirando hacia las montañas andinas y sepultados con ofrendas simbólicas, como colgantes de piedra y conchas de caracol.
Los restos fueron encontrados entre paredes de barro y piedra cerca de un valle en la seca y costera provincia de Virú, en Perú, por el Proyecto de Investigación Arqueológica del Valle de Virú (PAVI) de la Universidad Nacional de Trujillo (UNT).
Feren Castillo Luján, arqueólogo de la Universidad Nacional de Trujillo en Perú, quien codirigió el proyecto de investigación arqueológica PAVI, dijo Reuters que el descubrimiento de cuatro restos humanos en un espacio tan pequeño significaba que podría haber muchos más enterrados en la zona.
“También muestra la importancia del espacio. La gente ha querido durante mucho tiempo ser enterrada en templos porque estos son espacios muy sagrados para ellos”, dijo Castillo Luján. Reutersseñalando que los restos y las paredes probablemente tenían entre 3.100 y 3.800 años de antigüedad.
La excavación donde se descubrieron los cuatro restos humanos se llevó a cabo en un terreno de 51 metros cuadrados (549 pies cuadrados), equivalente al 1 por ciento del área total del sitio. Nota de prensa de la Universidad de Trujillo Dijo que la investigación permitió a los arqueólogos identificar muros empedrados hechos de yeso de arcilla, que corresponden a cinco ambientes interconectados que presentan elementos arquitectónicos únicos (esquinas curvas) del período Formativo Temprano.
“Además, los fragmentos de cerámica temprana encontrados en el sitio son similares a los observados en otros asentamientos importantes como Gramalote, en el Valle de Moche, y Huaca Negra, cerca de la costa en el Valle de Virú”, explicó Castillo Luján a la Universidad de Trujillo.