Resumen
- La preparación de Sudán del Sur para las elecciones de diciembre está en duda mientras las consultas políticas continúan.
- La elección es crucial, ya que es la primera desde la independencia en 2011 y está vinculada a un acuerdo de paz.
- Aumentan las preocupaciones por un nuevo proyecto de ley de seguridad que permite arrestos sin orden judicial, lo que amenaza el espacio político.
- Las crisis económicas y humanitarias añaden presión, y la inseguridad alimentaria y los riesgos de inundaciones aumentan.
Juba, Sudán del Sur – Las perspectivas de que Sudán del Sur celebre sus primeras elecciones tras su independencia en diciembre de 2024 son cada vez más inciertas, según el enviado principal de las Naciones Unidas a la atribulada nación africana, Nicolas Haysom. En su discurso ante el Consejo de Seguridad de la ONU el miércoles, Haysom destacó las consultas en curso entre los actores políticos, que ponen en duda que las elecciones, previstas para el 22 de diciembre, se celebren efectivamente.
La Comisión Nacional Electoral anunció la fecha de diciembre el mes pasado, pero Haysom advirtió que este cronograma no puede considerarse un hito definitivo sin tener en cuenta otros factores críticos. Sus comentarios reflejan preocupaciones más amplias de que Sudán del Sur podría no estar listo para celebrar elecciones libres y justas, en particular a la luz del complejo panorama político y humanitario del país.
Una paz frágil y unas elecciones inminentes
Las próximas elecciones revisten una importancia significativa para Sudán del Sur, ya que serán las primeras desde que el país obtuvo su independencia de Sudán en 2011. Se espera que las elecciones sean la culminación de un acuerdo de paz firmado hace cinco años, cuyo objetivo es poner fin a una devastadora guerra civil que se cobró la vida de aproximadamente 400.000 personas. El conflicto, impulsado en gran medida por divisiones étnicas, enfrentó a las fuerzas leales al presidente Salva Kiir contra las que apoyaban al vicepresidente Riek Machar.
A pesar de la promesa del acuerdo de paz, el avance hacia un Sudán del Sur estable y democrático ha sido lento. En diciembre pasado, Haysom esbozó varias condiciones necesarias para que las elecciones fueran creíbles y pacíficas. En abril, informó que no se había implementado una “masa crítica” de esas medidas clave, una situación que sigue sin cambios según su última evaluación.
Como aspecto positivo, la Comisión Electoral Nacional ha comenzado a evaluar la infraestructura y las instalaciones necesarias para crear un entorno propicio para las elecciones. Además, se han registrado 29 partidos políticos, lo que indica un cierto nivel de compromiso político. La misión de mantenimiento de la paz de las Naciones Unidas en Sudán del Sur sigue apoyando los esfuerzos para crear un entorno propicio para las elecciones, centrándose en su mandato de proteger a los civiles.
El controvertido proyecto de ley de seguridad genera alarma
Sin embargo, aún quedan importantes desafíos por resolver. Uno de los más acuciantes es un proyecto de ley aprobado recientemente por el parlamento de Sudán del Sur, que otorga al Servicio de Seguridad Nacional la facultad de realizar arrestos sin orden judicial. Esta legislación ha suscitado una preocupación generalizada entre los grupos de la sociedad civil, los partidos políticos, la Comisión de Derechos Humanos y la comunidad internacional. Los críticos sostienen que el proyecto de ley contradice las aspiraciones de un espacio cívico y político abierto necesario para construir una sociedad democrática. También sostienen que es incompatible con la constitución de transición de Sudán del Sur y sus obligaciones en materia de derechos humanos.
Haysom señaló que el Presidente Kiir tiene la autoridad de remitir el proyecto de ley al parlamento para su revisión, una medida que podría indicar un compromiso con la promoción de un entorno político abierto para las elecciones. Tal medida, sugirió Haysom, sería una oportunidad importante para demostrar la dedicación a la consecución del espacio democrático necesario para las primeras elecciones nacionales de Sudán del Sur.
Tormenta económica y humanitaria
La incertidumbre política que rodea las elecciones se ve agravada por graves crisis económicas y humanitarias. Haysom advirtió al Consejo de Seguridad que Sudán del Sur se enfrenta a una “tormenta perfecta” de desafíos, entre ellos la inseguridad alimentaria crónica, la propagación del conflicto desde el vecino Sudán y una economía en rápido deterioro. La situación se ha visto exacerbada por la rotura de un oleoducto, que ha provocado una caída significativa de los ingresos, y la posibilidad de inundaciones catastróficas previstas para septiembre.
Edem Wosornu, director de operaciones de la oficina humanitaria de la ONU, proporcionó cifras contundentes al consejo, que revelaron que más de 9 millones de personas, o el 76% de la población de Sudán del Sur, necesitan asistencia humanitaria. Además, 7,1 millones de personas padecen inseguridad alimentaria aguda, un aumento de 1,5 millones con respecto al año anterior. Las proyecciones sugieren que el conflicto en curso y las inundaciones podrían dar lugar a focos de hambruna entre junio de 2024 y enero de 2025.
Los problemas económicos de Sudán del Sur se están agravando, ya que la mayoría de las exportaciones de petróleo se han detenido desde febrero debido a la rotura del oleoducto. La libra sursudanesa se ha depreciado más del 70% en los primeros seis meses de 2024, lo que hace que los productos básicos sean inasequibles para muchos ciudadanos. La tasa de inflación anual alcanzó un asombroso 97% en junio, según la Oficina Nacional de Estadística.