Alemania ha reducido a la mitad su ayuda militar a Ucrania para 2025 en comparación con este año, según su presupuesto propuesto para el nuevo año.
El gobierno alemán tiene previsto asignar sólo cuatro mil millones de euros en el presupuesto de 2025, casi la mitad de los 7.500 millones de euros que había asignado este año.
El proyecto de presupuesto que el gobierno de coalición aprobó el viernes pasado tras largas negociaciones será examinado ahora por el Parlamento alemán.
Si se confirma este recorte, el investigador de defensa Alain de Neve, de la Real Academia Militar de Bélgica, advierte que el impacto no será insignificante.
«Es evidente que esto tendrá consecuencias, sobre todo en términos financieros. En cuanto a la ayuda militar concreta en términos de suministro de material, vemos que Polonia está por delante de Alemania en este ámbito», declaró a Euronews.
«Se puede ver claramente que los países vecinos de Ucrania son los que más participan (en esta ayuda). También hay que destacar el caso particular del Reino Unido, que también contribuye mucho más que Francia, España o Italia», explicó.
Desde 2022, la La UE y sus Estados miembros han donado 38.000 millones de eurosin ayuda militar, de la cual 28.000 millones de euros procedieron de Alemania.
La ayuda alemana ha consistido principalmente en «fondos para la iniciativa de creación de capacidad de seguridad», además de cinco mil millones de euros en armamento enviados por sus fuerzas armadas.
Activos rusos congelados
El G7, que reúne a las siete mayores economías del mundo, está discutiendo la posibilidad de utilizar parte de los 300.000 millones de dólares en activos rusos congelados para suministrar equipo militar a Ucrania.
Sin embargo, los detalles políticos y técnicos que discutirán los dirigentes de Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos no serán fáciles de resolver, afirma Alain de Neve. «No, no podría constituir un recurso sostenible para apoyar a los ucranianos en su resistencia contra Rusia».
«Tenemos que ser conscientes de que esos 300.000 millones de dólares tendrán que repartirse entre varios países, y será en el G7 donde se debatirá y negociará esta cuestión».
«Todavía no sabemos qué partida se destinará a los distintos estados. Ni siquiera sabemos si habrá un acuerdo para movilizar esta reserva. Y, una vez más, esta reserva será única. No será una medida estructural que pueda implementarse a largo plazo», añadió.
Sólo Estados Unidos proporciona a Ucrania más ayuda militar que Alemania, pero el país se enfrenta a elecciones en noviembre.
La actual administración demócrata ha prometido mantener su nivel actual de apoyo a Ucrania, pero el candidato republicano Donald Trump ha amenazado con retirar la financiación estadounidense a ese país si es elegido.
«El principal peligro que podría existir es que una caída -aunque limitada- de la ayuda europea a Ucrania pueda ir acompañada de una caída especialmente notable de la ayuda de Estados Unidos si Donald Trump llegase al poder», afirmó de Neve.
«La pregunta es: ¿puede Europa tomar el control en la situación actual? Es muy difícil imaginarlo. Es evidente que habrá ámbitos en los que Europa no podrá compensar la ausencia o la reducción de la ayuda militar y financiera estadounidense. Sin embargo, Europa sabe desde hace tiempo que la cuestión de la guerra entre Ucrania y Rusia es, ante todo, una cuestión europea», explicó.
Fortalecimiento de la industria de defensa
Conscientes de este hecho, los dirigentes de la UE decidieron el pasado febrero crear un nuevo mecanismo para Ucrania, dotado con 50 millones de euros hasta 2027, para apoyar la recuperación del país y las reformas que debe emprender como candidato a la adhesión al bloque.
Por otra parte, la Unión ha comprendido que tiene que invertir más en su propia industria de defensa para ayudar a Ucrania y disuadir a Rusia de atacar a cualquiera de sus miembros, particularmente a los limítrofes con ese país.
«Los europeos, en general, se encuentran entre la espada y la pared. Por un lado, está la ayuda que hay que prestar a Ucrania para que pueda, diría yo, resistir a la presión rusa», afirmó De Neve.
«Por otra parte, es necesario un rearme europeo y más recursos económicos. Los recursos presupuestarios son, por definición, limitados. Por eso, todos los países europeos, de una manera u otra, en los próximos meses, en los próximos años, tendrán que tomar decisiones que a veces pueden resultar dolorosas».
Para facilitar la gestión de este expediente, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, quiere que uno de los miembros de su segundo ejecutivo se dedique exclusivamente a una cartera de defensa.
Ellos serán los encargados de gestionar la primera estrategia industrial europea de defensa para mejorar la preparación y la seguridad de Europa. Mientras tanto, la política de seguridad y defensa del bloque seguirá en manos del jefe de la diplomacia de la UE, ya que la ex primera ministra estonia Kaja Kallas ha sido elegida por los líderes de la UE para sustituir a Josep Borrell.