La propuesta de los presidentes de Brasil y Colombia de repetir la elección presidencial en Venezuela se aparta de la exigencia reciente de ambos, junto a México, de que el poder electoral de ese país público y permita verificar los resultados de la votación y pone en suspenso el éxito de su mediación para zanjar la crisis en ese país, aseguran expertos.
Este jueves, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva comentó públicamente que su colega venezolano Nicolás Maduro podría convocar nuevas elecciones con mejores garantías, con un nuevo poder electoral y bajo observación internacional proba.
“Si (Maduro) tiene sentido común, podría planteárselo al pueblo, tal vez convocando nuevas elecciones con un comité electoral no partidista”, dijo en una entrevista radial.
Lula, quien ha liderado una mediación con Maduro junto a sus homólogos Gustavo Petro, de Colombia, y Andrés López Obrador, de México, también, dijo que otra alternativa es que el presidente venezolano conforme un gobierno de coalición.
Petro segundo este jueves la idea de repetir las elecciones. López Obrador, por su lado, había dicho el martes que ya no hablaría más del tema hasta que se pronuncie la Sala Electoral de la corte suprema venezolana, un escenario que la oposición rechaza.
La propuesta no caló bien en ninguno de los bandos políticos en conflicto. María Corina Machado, considerada la gran movilizadora del voto opositor, la rechazar.
“Se va a una segunda elección y, si no le gustan (a Maduro) los resultados, ¿qué vamos, a una tercera? ¿A una cuarta, una quinta, hasta que le gusten los resultados a Maduro?”, expresó Machado a periodistas sobre la idea ventilada por Lula, considerándola “una falta de respeto” a la soberanía popular. “Las elecciones ya ocurrieron”, añadió.
Edmundo González, candidato presidencial de la oposición en la boleta de julio, también le dio la espalda a la idea de repetir la votación, reivindicando su presunto triunfo.
Diosdado Cabello, primer vicepresidente del Partido Socialista Unido de Venezuela y aliado de Maduro, descartó igualmente ese escenario, la noche del miércoles, cuando ya circulaban versiones extraoficiales sobre la iniciativa de solución a la crisis desde Brasil.
“En Venezuela no hay segunda vuelta. Es una gafedad, para no decir una estupidez. Aquí no se van a repetir elecciones, porque aquí ganó Nicolás Maduro”, apuntó.
La idea revelada por Petro y Lula se distancia de su propia demanda de la semana pasada, junto al presidente mexicano, de que el poder electoral divulgara transparentemente los resultados electorales y permitiera su verificación imparcial. También, se aparta de una postura similar que adoptaron gobiernos que apoyen esa mediación, como Estados Unidos.
Según la Casa Blanca, es «evidente» que el candidato opositor ganó y debe respetarse la voluntad de los venezolanos. Además, Washington ha llamado reiteradamente a que se inicien conversaciones sobre una transición que permita al país “volver a las normas democráticas”.
¿Se agotaron los esfuerzos?
El esfuerzo diplomático de Lula, Petro y López Obrador “ha sido inefectivo” hasta el momento, tres semanas después de la elección, considera la politóloga venezolana María Puerta Riera.
Los tres mandatarios de tendencia izquierdista “no lograron convencer a Maduro de que mostrara las actas”, dice a la Voz de América la profesora adjunta de ciencia política en el Valencia College, en Estados Unidos.
Según Puerta Riera, no existe ningún escenario constitucional ni político en la Venezuela contemporánea donde el chavismo y sus opositores coincidan en una nueva elección.
“Esa sugerencia es un argumento que usarán para congelar el esfuerzo” y podría ser interpretada por la comunidad internacional como que los tres mandatarios ya agotaron todos los esfuerzos para convencer a Maduro de una solución viable a la crisis, anticipa.
Lectura entre líneas
La propuesta de Lula y Petro es “abierta” y “sin mucho desarrollo” en estas primeras horas, pero también demuestra que ninguno reconoce que Maduro ganó la elección del 28 de julio, destaca el politólogo venezolano Walter Molina Gandi, por su parte.
“La mediación de Lula y Petro toma más relevancia ahora mismo. Es un intento de destrabar un juego que ahora mismo está trancado y no necesariamente debe ocurrir tal cual se enunció”, asegura en conversación con la VOAdesde Argentina.
La idea de los mandatarios de Brasil y Colombia significa además que “las cosas se están moviendo” en la comunidad internacional en cuanto a la controvertida elección, dice.
“Al final, sin decirlo, están planteando opciones para que ocurra una transición que es la única posibilidad de solución para Venezuela. Y ellos, que son quienes están viendo el aumento de la migración que cruza por sus fronteras, lo saben perfectamente”, apunta.
Doriam González, politóloga venezolana, también opina que la mediación de los presidentes vecinos a Venezuela está lejos de estar en un punto muerto.
Resalta que Lula, Petro y López Obrador demostraron hasta este jueves una intención “sólida” de exigir al CNE venezolano que culminara el protocolo electoral con transparencia y verificación internacional.
“Teniendo en cuenta ese cambio arrepentido en la conducta, nada me dice que puede darse por culminada la mediación de ambos presidentes, por lo menos no hasta que termine el año”, indica González a la Voz de América.
Pero, ¿podría tratarse de una oferta electoral ya en una fase final de la mediación estelar de Lula y Petro? El politólogo y consultor político venezolano Ricardo Ríos opina que sí.
“Pareciera el final de este episodio. Uno infiere que esa propuesta sale al ruedo una vez que se ha agotado la posibilidad de un acuerdo tanto con el gobierno como con la oposición ya ambos se lo han propuesto”, sopesa.
Da por sentado, eso sí, que Lula y Petro “seguirán jugando algún rol de mediación” en Venezuela, pero “ya no de manera tan activa ni determinante” como se preveía, prevé el presidente de la firma Poder y Estrategia.
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