Otra semana, otros días tranquilos en la ventana de transferencias para los campeones de Escocia.
El Celtic está cada vez más cerca de fichar al delantero Adam Idah del Norwich después de su exitoso préstamo de la temporada pasada.
Se trata de un acuerdo que, como es de suponer, podría haberse firmado y sellado poco después de que su gol le diera la victoria en la Copa de Escocia. Eso fue el 25 de mayo. Ahora estamos a mitad de agosto y solo quedan un par de semanas para cualquier negociación.
No es la primera vez que hablo de la curiosa falta de actividad que ha habido en Celtic Park este verano, en el contexto de un entrenador que lleva pidiendo refuerzos –y jugadores de calidad– desde antes de que empezara el año. No es que el club no tenga dinero. De hecho, su cuenta bancaria nunca ha estado más saneada.
Esto nos lleva a darnos cuenta de que la junta directiva de Parkhead está redoblando sus esfuerzos a largo plazo. Mantiene altas reservas de efectivo para una caída anticipada de los ingresos en las próximas temporadas que será bastante significativa. Básicamente, se están preparando para un día lluvioso.
Los días en que los ganadores de la Premier League se paseaban automáticamente a la Champions League están a punto de terminar. El coeficiente ha sufrido un golpe tan fuerte últimamente que los campeones escoceses tendrán que superar un par de eliminatorias complicadas si quieren llevarse el premio gordo financiero de la máxima competición europea todos los años.
El Celtic ha disfrutado de momentos de auge durante las últimas dos temporadas, aunque no ha podido hacer mella en la propia competición.
A Rodgers le gustaría hacer eso esta temporada, por eso quería un jugador de otro calibre. La venta de Matt O’Riley podría financiar una o dos adquisiciones más, pero la idea de que esta será una ventana de transferencias «importante» para el Celtic parece ser falsa.
El equipo es sólido en estos momentos; los mejores jugadores están en forma. O’Riley sigue en el equipo y la llegada de otro portero de primer nivel, Kasper Schmeichel, significa que la salida de Joe Hart ha sido más que afrontada adecuadamente.
Por supuesto, se necesitarán más elementos adicionales, y llegarán, pero es posible que no sean tan numerosos ni tan costosos como muchos observadores pensaban.