En resumen
- El Ministro de Agricultura de Sudán cuestiona los datos de la ONU sobre la hambruna que afecta a 755.000 personas.
- El conflicto entre el ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido agrava la crisis del hambre.
- El Gobierno rechaza las solicitudes de las agencias de ayuda para anular las restricciones a las entregas transfronterizas.
- Las agencias de ayuda informan sobre desafíos en la entrega de suministros a áreas con riesgo de hambruna.
JARTUM, SUDÁN – El ministro de Agricultura de Sudán, Abubakr al-Bushra, ha negado la existencia de una hambruna en el país, poniendo en tela de juicio los datos respaldados por la ONU que indican que 755.000 personas están padeciendo una hambruna catastrófica. En una conferencia de prensa en Port Sudan, la capital de facto del país, al-Bushra desestimó las cifras, afirmando que esas cifras no son significativas en comparación con la población de Sudán, de 50 millones de habitantes.
El país se ha convertido en el epicentro de la peor crisis de hambre del mundo tras el estallido de la guerra entre el ejército sudanés, dirigido por el jefe de Estado de Sudán, y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), un grupo paramilitar que se ha hecho con el control de amplias zonas. El conflicto ha afectado gravemente a la seguridad alimentaria: a finales de junio, la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (IPC) informó de que la mitad de la población sufre hambre aguda. La IPC identificó 14 zonas en riesgo de hambruna.
Al-Bushra cuestionó la capacidad de los expertos para reunir datos precisos en las regiones controladas por la RSF y señaló que los indicadores de malnutrición no habían sido evaluados en su totalidad. Según el IPC, se puede declarar una hambruna si al menos el 20% de la población de una zona determinada sufre una hambruna catastrófica, acompañada de niveles críticos de malnutrición infantil y muerte por inanición.
A pesar de estas condiciones, al-Bushra rechazó la posibilidad de que las agencias de ayuda o el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas anularan las restricciones impuestas por el ejército a las entregas transfronterizas de ayuda. Argumentó que tales acciones podrían comprometer la seguridad nacional, abriendo fronteras controladas por fuerzas de milicia. Otro funcionario del gobierno se hizo eco de este sentimiento, describiendo la posible intervención como parte de una conspiración más amplia contra Sudán.
Las agencias de ayuda humanitaria han informado de importantes dificultades para hacer llegar suministros a las regiones con mayor riesgo de hambruna, en particular en Darfur. El único cruce autorizado por el Gobierno para entrar en la región de Darfur, Al-Tina, está actualmente inaccesible debido a las lluvias. Mientras tanto, el ejército ha bloqueado el acceso al cruce de Adre hacia Darfur occidental, que las agencias de ayuda humanitaria han solicitado utilizar. El ejército afirma que este cruce ha sido aprovechado para contrabandear armas a las RSF.
La situación humanitaria en Sudán sigue deteriorándose y los organismos de ayuda humanitaria piden un acceso inmediato y sin restricciones a todas las zonas afectadas. Sin embargo, el Gobierno sigue firme en su negativa a permitir que fuerzas externas anulen su control sobre la distribución de la ayuda, lo que complica aún más los esfuerzos para abordar la creciente crisis del hambre.