Una estatua de bronce en honor a una niña de 12 años víctima del bombardeo atómico de Hiroshima, Japón, fue robada de un parque de Seattle este fin de semana, según medios locales informes.
La estatua de Sadako Sasaki, que murió de leucemia causada por la exposición a la radiación, fue descubierta el viernes con los tobillos cortados. El Departamento de Policía de Seattle está investigando el caso y dijo en un comunicado que se había notificado a los recolectores de chatarra locales. Mientras tanto, los miembros de la ciudad han teorizado en Internet que el bronce fue robado por ladrones que planeaban vender el metal, lo que sugiere que los ladrones podrían no haber tenido motivaciones políticas.
Noble Sadako y las mil grullas de papelLa escultura mide poco más de un metro y medio de alto y representa a Sasaki sosteniendo una grulla de origami, un guiño a una de las mil que dobló en su cama de hospital después del bombardeo de 1945 por parte de los Estados Unidos. En Japón, las grullas de papel pueden simbolizar la esperanza y la longevidad, y se cree que si uno tiene la paciencia de doblar 1.000 de ellas, su deseo se hará realidad. Sadako murió en 1955, convirtiéndose en un símbolo contra la guerra en todo el mundo.
Su monumento fue erigido en el Parque de la Paz, en el Distrito Universitario de Seattle, en 1995. concebido Por Floyd Schmoe, activista y profesor cuáquero que murió en 2001, y esculpida por Darryl Smith. La estatua era un elemento muy querido en Seattle, que tiene una gran comunidad japonesa. A sus pies se depositan deseos en forma de grullas de papel. Sasaki es honrada en Japón con un monumento en Hiroshima.
Hablando con el New York TimesAvery Lockett, tataranieto de Schmoe, lamentó el robo: “Pensé que había sido como un ataque personal contra mí. Soy una de las pocas personas de Schmoe en Washington y el área de Seattle que todavía representa lo que él representa y por qué hizo esa estatua”.
Su estatua en el Parque de la Paz ya había sido atacada por vándalos en 2003, cuando le cortaron el brazo. Gracias a donaciones, se le reparó el brazo, pero ahora que le falta todo el cuerpo, el camino a seguir es menos obvio.
Según se informa, Lockett, un soldador, ha ofrecido sus servicios para reemplazar el monumento a Sadako si no se recupera.