Se sentia la emocion. Los participantes estrenaban poleras, había música y muchas ganas de ganar el campeonato de fútbol sala para recibir el preciado trofeo, uno que era diferente a cualquiera. Tenía como imagen a la paraba frente roja, ave única en Bolivia y en peligro crítico de extinción.
La asociación ambientalista Armonía y el Servicio Nacional de Áreas Protegidas decidieron impulsar varias actividades en el área protegida de El Palmar, ubicada en el departamento de Chuquisaca a unos 2.900 metros sobre el nivel del mar y uno de los lugares donde anida la paraba, para generar. consciencia sobre su preservación y como una forma de empoderar a las 10 comunidades que viven allí.
Estas aves características por la combinación de los colores verde y rojo en su plumaje, se reproducen en los troncos de unos árboles de gran tamaño conocidos como la palmera de Janchicoco (Parajubaea torallyi), también considerada endémica.
“La paraba anida en esta palmera, eso significa que dos especies en peligro de extinción están unidas para incrementar su población”, explica Guido Saldaña, coordinador del Programa de Conservación de la Paraba Frente Roja de Armonía.
La paraba frente roja es visible solo en épocas y regiones determinadas de los departamentos de Chuquisaca, Cochabamba, Potosí y Santa Cruz, y muy cotizada por traficantes nacionales e internacionales.
“A esta especie le gustan mucho los bosques de ribera y lastimosamente eso está asociado a la agricultura, o sea que siempre está bastante cerca a los cultivos de la gente y esa es la razón por la que trabajamos mucho con las comunidades locales. Y por otro lado el tráfico de esta especie es un peligro latente”, añade Saldaña.
“Cajas nido”
Según un Censo desarrollado el 2021 por la Asociación Armonía, existen unos 1.200 ejemplares en todo el país y su reproducción es un verdadero desafío, por lo que implementaron un plan para incrementar su población a través de una técnica conocida como “cajas nido”.
La Voz de America hizo un recorrido en la profundidad de esta área protegida comprobando la dificultad de acceso y el arduo trabajo de los ambientalistas y guardaparques para instalar y preservar estas cajas instaladas a gran altura en las palmeras de Janchicoco.
“Tenemos instaladas 49 cajas y cada una tiene un código para hacer un monitoreo mensual de manera digital y en una aplicación que la tienen implementada los guardaparques para acceder a una base de datos. Esto normalmente se hace en la época reproductiva, es decir, noviembre hasta marzo”, dice Romeo Rojas, subcoordinador del Programa de Conservación de la Paraba Frente Roja de Armonía.
Además se dotó a los guardaparques de un equipamiento especializado en observación de aves, como binoculares, sistemas de posicionamiento global (GPS), cámaras digitales semiprofesionales y guías para identificar aves y trampas cámara.
Cuando las parabas se encuentran en una de estas cajas nido para su reproducción se convierte en un verdadero acontecimiento porque significa que los esfuerzos son recompensados con la preservación de esta especie emblemática boliviana.
“Esta palmera es endémica y solo está aquí por eso la protegemos ya otros animales que también son importantes para la comunidad como el oso, el cóndor andino, chancho de monte, venado (…) Tratamos siempre de socializar con los niños y toda la comunidad. para que no estén talando ni quemando”, explica la guardaparque, Beatriz Martínez.
Del fruto de la palmera a la industria de las galletas
“Antes nosotros vendíamos el coquito de janchicoco que solo existe aquí en la comunidad de El Palmar, pero hoy en día hemos transformado de coco en galletas. Tiene propiedades, vitaminas y es nutritivo, para todo es bueno”, dice orgulloso Santos Serrano, fundador de planta de transformación de las galletas y productor local.
El objetivo es que estas galletas puedan abastecer localmente sino ser comercializadas a nivel nacional en las tiendas y los supermercados, y por qué no, un día fuera de Bolivia. Santos piensa en grande.
Una oportunidad para las mujeres artesanas.
La palmera de janchicoco también tiene un material muy resistente, que es aprovechado por las mujeres de la comunidad para elaborar artesanías creativas. El trabajo es arduo porque deben tejer esta especie de hilo que se obtiene del árbol para crear diversas piezas como paneros, joyeros, monederos, canastas y otros.
“Es difícil, cada hilo se hace con aguja ya veces lastima las manos. Pero es nuestro trabajo, ayuda mucho para mantenernos”, dice Juana Saavedra, una de las artesanas que es madre soltera y ha mantenido con esta actividad a sus cinco hijos.
El objetivo de El Palmar es preservar la paraba frente roja e impulsar la producción de janchicoco como un producto altamente nutritivo, pero también posicionar a esta área protegida como un destino turístico que ayuda a dinamizar su economía ya conocer más del hábitat natural de estas especies que Están decididos a salvar.
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