Freetown, Sierra Leona (TAE) – Mientras el melodioso llamado del Azaan resuena en las calles de Sierra Leona, señalando el momento de la oración, también marca el comienzo de otro día de ayuno para la comunidad musulmana durante el mes sagrado del Ramadán. En un país que se enfrenta a temperaturas cada vez más altas, el acto de ayunar desde el amanecer hasta el anochecer adquiere un desafío adicional.
Para personas como Fatmata, una vendedora de frutas local, el compromiso de cumplir con este deber religioso es inquebrantable, a pesar del calor incesante. «La intensidad del sol nos obliga a buscar sombra y pausar momentáneamente nuestros medios de vida, pero nuestra fe y nuestras obligaciones nos guían», compartió, destacando las luchas personales que muchos enfrentaron durante este período.
Este año, los desafíos del Ramadán se han intensificado por una ola de calor a principios de temporada en África occidental, un fenómeno vinculado por los científicos en febrero con la crisis más amplia del calentamiento global. Con temperaturas diurnas que regularmente superan los 40°C, los fieles encuentran la experiencia del Ramadán marcadamente diferente.
Para explorar la intersección entre la crisis climática y la observancia religiosa, Africanews consultó al erudito islámico Dr. Ahmad Ramadan Jalloh. El Dr. Jalloh se basó en textos islámicos y mencionó un hadiz que habla de las pruebas de calor intenso y de la recompensa divina prometida para quienes perseveran en su ayuno. «Estas enseñanzas nos ofrecen consuelo y motivación, especialmente ahora, cuando enfrentamos estas condiciones sin precedentes», señaló, enfatizando la resiliencia espiritual de la comunidad.
La importancia del Ramadán de este año queda aún más subrayada por la confirmación de la Organización Meteorológica Mundial de que 2023 fue el año más cálido registrado. Esta alarmante tendencia pone de relieve la urgente necesidad de gestión ambiental y acción climática.
En respuesta a los riesgos para la salud que plantea el calor extremo, profesionales médicos como el Dr. Abdul Khaliq Kalokoh abogan por medidas prácticas para mantenerse hidratado y saludable. Las recomendaciones incluyen consumir frutas ricas en agua y asegurar una ingesta adecuada de agua entre Iftar y Suhoor, las comidas que marcan el comienzo y el final del ayuno de cada día.
Mientras la comunidad musulmana de Sierra Leona continúa enfrentando los desafíos del ayuno en medio de una crisis climática, su dedicación sirve como un testimonio conmovedor de la naturaleza entrelazada de la fe, la perseverancia y la conciencia ambiental. Las experiencias compartidas de este Ramadán no sólo resaltan las pruebas físicas y espirituales que enfrentan, sino también la resiliencia colectiva y la esperanza que sostienen a los fieles en tiempos de adversidad.