La Misión de Estabilización Integrada Multidimensional de la ONU en la República Centroafricana, conocida por sus siglas en francés MINUSCA, lanzado una operación este sábado para expulsar de Boyo, en la prefectura de Ouaka, a unos 200 miembros del grupo armado Unidad por la Paz en África Central (UPC).
Boyo en la mira
Según MINUSCA, Batallones nepalíes y mauritanos llegaron para apoyar los esfuerzos en tierra, obligando a los combatientes de la UPC a desalojar la localidad.
Se habían apoderado de numerosas casas, incluida la residencia del alcalde.
La Misión llamó la atención sobre más de una docena de civiles muertos el 6 y 7 de diciembre en Boyo, lo que también provocó el desplazamiento de cerca de 1.500 personas.
Las fuerzas de paz de la ONU pudieron intervenir para proteger a los civiles y continuar sus operaciones en toda la ciudad con fuertes patrullas.
MINUSCA envió una advertencia a la UPC contra cualquier intento de reocupación de Boyo y reafirmó su determinación de garantizar la protección de las comunidades de acuerdo con su mandato.
“Nuestros refuerzos ya están en su lugar y estamos advirtiendo a los elementos de la UPC contra cualquier regreso a la ciudad.”, tuiteó Mankeur Ndiaye, Representante Especial de la ONU en RCA y Jefe de MINUSCA.
Seleka versus anti-Balaka
La República Centroafricana, uno de los países más pobres del mundo, entró en conflicto en 2013 cuando el entonces presidente François Bozize fue derrocado por una coalición rebelde llamada Seleka, formada en gran parte por la minoría musulmana.
El golpe desencadenó un baño de sangre sectario entre las milicias Seleka y anti-Balaka, compuestas principalmente por elementos cristianos y animistas.
En diciembre pasado, en vísperas de las elecciones presidenciales, los rebeldes lanzaron una nueva ofensiva contra el régimen del presidente Faustin-Archange Touadera.
El presidente ganó la reelección y su ejército ahora ha reconquistado el territorio perdido.