La Tate, que supervisa cuatro de las principales instituciones de arte del Reino Unido, cortó lazos con los oligarcas rusos Viktor Vekselberg y Petr Aven, quienes en el pasado proporcionaron fondos a la red de museos. La medida se produjo después de los llamados a la Tate para que dejara de recibir dinero de los miembros del círculo íntimo del presidente ruso, Vladimir Putin, luego de la invasión del país a Ucrania.
Vekselberg, un magnate de la energía con un valor neto estimado de $ 16 mil millones, según Bloomberg‘s Billionaire Index, fue objeto de las últimas sanciones de los Estados Unidos contra los magnates de los negocios rusos. Vekselberg, propietario del conglomerado de energía Renova Group, hizo una donación en 2015 para apoyar la renovación de la colección permanente de la Tate Modern.
Anteriormente fue miembro honorario de la institución británica, un título que, según Tate, ahora fue despojado. En un comunicado obtenido por el guardiánVekselberg calificó la sanción de «infundada» y agregó que la medida «parece basarse en suposiciones demostrativas sin fundamento».
Vekselberg, quien amasó su riqueza en las industrias del petróleo y el aluminio, fue objeto recientemente del Departamento del Tesoro de EE. UU. en la última ronda de sanciones internacionales contra los oligarcas rusos; la agencia ha sancionado a Vekeselberg y su compañía desde 2018. En un comunicado, el departamento dijo que ha “mantenido estrechos vínculos” con Putin. Antes de las sanciones, a través de donaciones de su fundación y empresa privada, Vekselberg también había donado fondos al Carnegie Hall y al Museo de Arte Moderno.
Aven, que dirige Alfa-Bank, una de las instituciones financieras más grandes de Rusia, fue objeto de sanciones de la UE a finales de febrero tras el ataque del ejército ruso a Ucrania. Fue miembro de un programa de donantes de la Tate conocido como Consejo Internacional y Círculo Europeo de Recaudaciones. El museo dijo en un comunicado que ya no está asociado con esas juntas.
A principios de este mes, Aven dejó la junta directiva de la Royal Academy of Arts de Londres, donde había sido fideicomisario desde 2014. El museo dijo que devolvería su donación para financiar su exposición actual «Francis Bacon: Man and Beast».