No sé qué es la libertad. Esta canción tampoco. Las letras son grandilocuentes y tontas, como si estuvieran escritas por un generador de canciones folklóricas políticas. No obstante, la canción era necesaria en mi disco: necesitaba algo breve y dulce después de una serie de largas reflexiones en capas.
Me imagino que se canta en un tribunal o en el parlamento cuando el debate se vuelve demasiado acalorado y todos necesitan un descanso. En este momento imaginado, todos cantan al unísono.
Esta es la única forma en que puedo describir Freedom: como una especie de momento performativo que rompe la estructura, el lenguaje y la ambivalencia del resto del disco. Por sí solo, parece extrañamente claro y puro. Realmente no puedo defenderlo. O tal vez soy yo mismo a quien no puedo defender. La canción es necesaria. Simplemente me recuerda el hecho de que no lo soy.