Los recientes avistamientos de tiburones en los lugares más turísticos de España han despertado mucho interés y sorpresa, pero según un experto, en Galicia ya lleva años.
Según un informe publicado el viernes 23 de junio en La Voz de Galicia, Las playas gallegas llevan cinco veranos recibiendo crías de tintorera por miles.
Tras las historias recientes de tiburones cerca de las playas de Alicante y Menorca, también se avistó otro tiburón en la provincia de Galicia, en el norte de España. Sin embargo, según un experto, esto no es nada por lo que emocionarse demasiado.
La información proviene de Alfredo López, director de la organización gallega Coordinadora para el Estudio de los Mamíferos Mariños (Cemma), que estudia los mamíferos marinos. Si bien reconoce que es natural que los visitantes se sientan preocupados, insiste en que los eventos no son nada nuevo.
Continuó explicando que de vez en cuando, algunos ejemplares ingresan a los esteros, generalmente aquejados de alguna lesión o algún otro tipo de problema. Ocasionalmente, se les puede ver en las playas. ‘Pero es normal que lleguen y se vayan.’
El coordinador del Cemma incluso llegó a recomendar que si se lavan en la arena, recogerlos con una toalla y devolverlos al mar, e ignorarlos y dejarlos solos si están en el agua.
La tintorera siempre ha estado presente en las costas gallegas. Sin embargo, cada verano durante los últimos cinco años, ha habido una especie de invasión de miles de sus crías. El motivo de esta extraña y masiva migración aún no está claro. ‘Puede deberse al cambio de temperatura del agua oa alteraciones en su distribución’, agregó.
Las crías de la tintorera nacen en la vasta zona central del océano donde comienza su lucha por la supervivencia mientras los adultos practican el canibalismo. Es por esto que los pequeños tiburones azules desaparecen, buscando refugio donde los grandes tiburones azules no los seguirán. ‘Por eso vienen a las playas y en esos lugares tratan de comer. Si encuentran comida, crecen y regresan al mar abierto. Pero son delgados y muy débiles, por lo que muchos no lo logran y terminan muriendo.’
Ejemplares de apenas cincuenta o sesenta centímetros de longitud no representan mayor peligro para los humanos que la actitud de quienes se acercan a ellos. De hecho, la coordinadora sugiere una serie de recomendaciones por si algún bañista se las encuentra en la playa. Si es así, conviene evitar cogerlos por la cola, ya que podrían darse la vuelta y morder. En cambio, ‘debes atraparlos con un paño o una toalla y devolverlos al agua lo antes posible’.
Al igual que con los perros, la agresividad de un tiburón está en función del carácter de su especie. Un tiburón cailón, por ejemplo, es un animal nervioso, que morderá cualquier cosa que encuentre. El tiburón azul, en cambio, es mucho más tranquilo.
López explicó: ‘Incluso cuando cazan, se alimentan de presas, de carroña. . . Si alguna presa viva muestra cicatrices de su mordedura, lo más probable es que la tintorera haya intentado comprobar si estaba muerta, y prescindió de ella al ver que no lo estaba.
Para finalizar, el coordinador agregó una advertencia: ‘Para empezar podemos decir que son inofensivos, pero no podemos olvidar que tienen la boca llena de dientes’.