Los reclutas noruegos ahora tendrán que devolver sus pantalones, sostenes y calcetines al final de su servicio militar, ya que el ejército noruego está experimentando problemas de inventario, informó el viernes la emisora pública NRK.
Hasta hace poco, era costumbre que los reclutas desmovilizados salieran de sus guarniciones con la ropa interior que les habían entregado durante su servicio en el ejército.
Pero la pandemia de covid-19 ha complicado seriamente el flujo de suministros, lo que llevó al ejército noruego a invitar el año pasado a los reclutas a entregar los artículos más íntimos de su equipo a sus sucesores.
«La decisión de reutilizar esta parte del kit nos ayudará a tener más volumen en circulación y aumentar la capacidad de entrega del equipo. Tenemos muy poco en stock», explicó el portavoz de Logística del Ejército, Hans Meisingset.
“La ropa blanca se lava, se limpia y se revisa. Lo que distribuimos está en buenas condiciones”, dijo.
Sin embargo, un representante de los reclutas criticó las deficiencias recurrentes que podrían afectar las capacidades operativas.
«La grave escasez de equipo y ropa puede afectar potencialmente la preparación operativa y, en el peor de los casos, la seguridad del soldado», dijo Eirik Sjøhelle Eiksund a la publicación comercial noruega Forsvarets Forum.
Protegiendo las fronteras del norte de la OTAN desde la vecina Rusia, Noruega mantiene un servicio militar semi-obligatorio, llamando a alrededor de 8.000 niños y niñas cada año, seleccionando solo a los más motivados para servir en el grupo de edad.