Imagen de investigadores en la Cueva de Ardales. Crédito: Universidad de Cádiz.
En Málaga se han encontrado hasta 13 conchas marinas y de agua dulce que fueron cuidadosamente transformadas por el hombre hace entre 25.000 y 30.000 años. cueva de ardales.
Investigadores de la UCA lideran un estudio arqueológico en la Cueva de Ardales que revelan el uso de conchas como adornos hace 30.000 años.
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— Universidad de Cádiz (@univcadiz) 2 de junio de 2023
Como se detalla en nota de prensa de la Universidad de Cádizeste increíble descubrimiento fue el resultado de una investigación realizada en colaboración con el Museo Neandertal de Colonia, la Universidad de Colonia y la Cueva de Ardales.
Su trabajo fue publicado recientemente en la revista ‘Environmental Archaeology: The Journal of Human Paleocology’.
El hallazgo ha vuelto a situar a este enclave arqueológico entre los más importantes de la Península Ibérica. Los adornos corporales son un tema de gran interés entre la comunidad científica cuando se trata del Paleolítico.
Estos elementos ornamentales-colgantes probablemente sirvieron para decorar los cuerpos del género Homo sapiens que ocuparon el complejo de cuevas en el pasado.
La carga simbólica y la distancia que, en ocasiones, debían recorrer los grupos humanos para recoger estos soportes naturales y transformarlos en elementos decorativos, supuso un avance significativo en el desarrollo de la cognición.
Juan Jesús Cantillo, catedrático de la Universidad de Cádiz e investigador principal de este estudio, explica que: “es inusual el hallazgo de este tipo de restos marinos en cuevas situadas tan tierra adentro y con cronologías tan antiguas”.
Hasta el momento, en la vertiente mediterránea del país, solo se conocen poco más de 100 restos y: “todos ellos están ubicados en la costa. Los habitantes de la cueva de Ardales, sin embargo, tuvieron que recorrer una distancia de más de 50 km para recoger las conchas en la costa”, añade el profesor José Ramos.
También ha sido destacable: “la presencia de vermétidos, una especie de caracol en forma de tubo poco frecuente en el registro arqueológico”, subraya Jesús Cantillo.
El marco cronológico y la asociación de estos ornamentos con el arte rupestre y los restos líticos documentados en el interior de la cueva confirmaron su dimensión social.
“Los resultados de las excavaciones en la Cueva de Ardales sugieren que fue un lugar de actividades simbólicas especializadas durante varias fases del Paleolítico Superior”, confirma Pedro Cantalejo, director de investigación de la Cueva de Ardales.