¿FUERA DE LA VISTA, FUERA DE LA MENTE?
Durante la nueva ola de casos, algunas empresas tomaron precauciones adicionales, como alentar a los empleados a trabajar desde casa. Pero aún así, hay algunos empleados que sienten que deben ir a trabajar incluso cuando están enfermos.
¿Qué está causando que esta presión funcione cuando no se siente bien? ¿Estos empleados tienen miedo de perder sus trabajos o sus clientes? ¿Es un signo de una cultura laboral tóxica que valora la asistencia por encima de la salud y el bienestar?
Hay múltiples razones. Algunos lugares de trabajo tienen una cultura de presentismo, donde se espera que los empleados trabajen como robots, nunca tomen un descanso y antepongan el trabajo a todo lo demás. Los empleados que siguen esto pueden recibir una palmada en la espalda, una estrella dorada o una galleta, mientras que los que no lo hacen pueden recibir un regaño severo, una mirada sucia o una nota rosada.
La alta carga de trabajo y los plazos son otra razón. Algunos lugares de trabajo tienen tanto trabajo que los empleados no pueden darse el lujo de tomar un día por enfermedad. Por ejemplo, algunos empleados pueden tener que hacer malabarismos con múltiples proyectos, tareas o clientes y pueden sentirse como si estuvieran en una rueda de ardilla que nunca se detiene. También pueden sentir que están jugando un juego de Tetris que se vuelve cada vez más rápido y más difícil.
A veces, la presión viene de dentro. Algunos empleados sienten presión por sí mismos para ir a trabajar cuando están enfermos. Al igual que Michael Jordan, que jugó baloncesto con gripe y ganó el juego, algunos pueden tener una fuerte ética de trabajo o un sentido del deber que los hace querer hacer lo mejor posible e impresionar a los demás. O tal vez simplemente aman su trabajo y no pueden soportar perderse un día.