Los gobiernos de Estados Unidos y Cuba concluyeron este miércoles en Washington un encuentro bilateral sobre migración, el segundo en dos años de administración democrática y en un momento en que el presidente Joe Biden estaría a punto de poner fin a una regla que ha impedido que los cubanos piden asilo en territorio estadounidense.
“Estas conversaciones sobre migración brindaron la oportunidad de discutir sobre la implementación mutua de los Acuerdos Migratorios, que entendieron una serie de acuerdos bilaterales entre Estados Unidos y Cuba completados en 1984, 1994, 1995 y 2017”, valoró el Departamento de Estado en un comunicado de prensa.
Una edición similar tuvo lugar en La Habana, la capital de la isla caribeña, en noviembre de 2022, con representantes de alto nivel de ambas delegaciones.
Los acercamientos descongelan un tanto la toma de decisiones bilaterales en temas migratorios, frenados en seco desde que el presidente republicano Donald Trump llegara al poder, en 2016, y en marzo de 2020 entrara en vigor el Título 42, la autorización sanitaria por el COVID- 19 que posibilita impedir la entrada a migrantes que buscan asilo.
El aumento del flujo migratorio irregular hacia EEUU desde Cuba ha alcanzado niveles récord en los últimos dos años. Al menos 220.000 cubanos fueron capturados cruzando ilegalmente la frontera entre Estados Unidos y México en el año fiscal 2022, que finalizó el 30 de septiembre, parte de un aumento más amplio en las detenciones bajo el gobierno demócrata de Biden. Muchos otros cubanos intentaron el peligroso viaje a Florida en balsas y botes deteriorados.
El Subsecretario Adjunto para el Hemisferio Occidental del Departamento de Seguridad Nacional, David Cloe, encabezó el equipo estadounidense, por la parte cubana el viceministro de Relaciones Exteriores de Cuba, Carlos Fernández de Cossío, fungió como representante principal.
El gobierno cubano, en tanto, despacho un comunicado en el que achacó la agudización de su crisis económica y el aumento de la inmigración irregular al embargo económico que Washington impone desde 1960, a raíz de la confiscación de bienes a ciudadanos de EEUU en la isla.
«Cuba reiteró su preocupación por las medidas de estímulo a la migración ilegal. Especial énfasis tiene el impacto negativo que el bloqueo económico de Estados Unidos y las medidas de reforzamiento extremo aplicadas desde 2019 ejercen sobre las condiciones socioeconómicas de la población cubana, factor que constituye un incentivo importante a la migración», indicó el Ministerio de Relaciones Exteriores.
La Casa Blanca sucedió una libertad condicional humanitaria para cubanos a inicios de enero, por medio del cual aproximadamente 7.500 solicitantes serían aprobados para ingresar legalmente a EEUU amparados por un patrocinador.
Cuba, señala la nota del gobierno de La Habana «reafirmó su disposición a dar continuidad a las rondas de conversaciones en materia migratoria».
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