DEL WOW AL CÓMO
Uno de los aspectos clave de la alfabetización en IA es comprender las limitaciones de estas herramientas. Las herramientas de IA generativa como ChatGPT están entrenadas en grandes cantidades de datos de texto, lo que les permite generar respuestas similares a las humanas.
Sin embargo, es esencial tener en cuenta que estas herramientas pueden no ser siempre precisas, neutrales o apropiadas. El modelo aprende de los sesgos presentes en sus datos de entrenamiento, y estos sesgos a veces pueden tener consecuencias no deseadas.
El efecto Dunning-Kruger, un sesgo cognitivo en el que las personas creen que son más inteligentes de lo que son, se ha utilizado para describir las cinco etapas de un usuario de ChatGPT.
En la etapa uno, el usuario siente: ¡Guau! ¡Asombroso! ChatGPT es increíble y puede responder a mis preguntas. Rápidamente genera respuestas detalladas y consistentes, y se comporta como un sobrehumano.
En la etapa dos, el usuario comienza a dudar y se da cuenta de que ChatGPT es un modelo de lenguaje y, en última instancia, es una herramienta estadística para recopilar de manera predecible respuestas razonables sin comprender realmente el lenguaje.
En la etapa tres, el usuario se da cuenta de que ChatGPT ocasionalmente comete errores o proporciona información que no es precisa.
El usuario desarrolla una mayor comprensión en la etapa cuatro de que ChatGPT es útil cuando no hay necesidad de respuestas precisas. Pero cuando la respuesta tiene que ser confiable y útil, no se puede confiar en ChatGPT.
En la etapa cinco, el «¡A-Ha!» llega el momento. El usuario se da cuenta de que el verdadero valor de ChatGPT radica en su capacidad para mejorar la productividad y que es importante reconocer cuándo ChatGPT se equivoca.
Los estudiantes y los profesores pueden avanzar fácilmente en estas etapas si tienen alguna forma básica de alfabetización en IA.
En el Instituto Nacional de Educación (NIE), hemos comenzado a ofrecer cursos sobre alfabetización en IA para docentes. Los cursos están destinados a ayudar a los profesores a desarrollar una conciencia práctica de la IA, comprender el potencial y las limitaciones de sus usos en la educación y, en particular, considerar los aspectos éticos de la aplicación de la IA en la educación.
Los docentes vinculan las capacidades de la IA con sus conocimientos y experiencias pedagógicos para aplicarlos y diseñar un plan de acción para sus escuelas, que puede incluir fomentar la alfabetización en IA para docentes y estudiantes, y seleccionar sistemas de IA para la educación que sean beneficiosos para los estudiantes.