Los presidentes de Argentina y Ecuador se criticaron públicamente este martes, en un creciente distanciamiento diplomático provocado por la misteriosa aparición en Venezuela de un exministro ecuatoriano condenado.
María de los Ángeles Duarte, que huía de una sentencia de ocho años en Ecuador por cargos de soborno, estaba escondida en la misión argentina en Quito desde agosto de 2020.
Argentina había ofrecido asilo a Duarte, quien sirvió bajo el expresidente ecuatoriano Rafael Correa, pero Ecuador se negó a permitirle el paso libre fuera del país.
El 14 de marzo, Argentina anunció que Duarte se había presentado en su misión en Caracas pero no sabía cómo había llegado allí.
El incidente resultó en que Ecuador expulsara al embajador de Argentina y retirara al suyo de Buenos Aires, medidas que luego Argentina correspondió.
En una publicación de Twitter el lunes, el presidente ecuatoriano Guillermo Lasso acusó a su homólogo argentino de «anteponer su amistad personal e identidad política» con Correa, quien también ha sido declarado culpable de corrupción, «por encima de la relación fraternal entre los pueblos de Argentina». y Ecuador».
Correa, quien fue presidente de 2007 a 2017 y recibió asilo en Bélgica, asistió el martes a una reunión de un grupo de derechos humanos en Buenos Aires.
El presidente de Argentina, Alberto Fernández, respondió el martes tuiteando una carta pública dirigida a Lasso, en la que defendía las acciones de su gobierno y condenaba la expulsión de su embajador como «desproporcionada».
“La gravedad e injusticia de esa decisión demuestra que es su comportamiento desmedido (el de Lasso) lo que verdaderamente daña la relación entre nuestros pueblos”, agregó Fernández.
“En nuestra embajada, se encontraba una refugiada que gozaba de plena libertad de circulación. Argentina no tenía deber de custodia sobre ella ni capacidad alguna para limitar sus movimientos”, dijo.
Lasso luego publicó su propia carta a Fernández en Twitter, defendiendo su decisión de declarar al embajador de Argentina persona non grata y acusando al enviado de actuar como un «operador político».
“Colaborar en la fuga de un prófugo de la justicia contribuye a la impunidad, un mal que afecta a toda la región”, dijo Lasso.
sa/des/md/ssy/qan