El Informe Panorama regional de la seguridad alimentaria y la nutrición en Europa y Asia central 2022 es un esfuerzo conjunto de la Organización para la Agricultura y la Alimentación (FAO); Fondo de Desarrollo Agrícola, FIDA; el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF); el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD); la Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas (CEPE); el Programa Mundial de Alimentos (PMA); la Organización Mundial de la Salud (OMS); y la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
Línea de vida local
La publicación apunta a la agricultura local como salvavidas para los países, tratando de prevenir el aumento de la inseguridad alimentaria y la malnutrición.
“Esperamos que este informe proporcione valioso conocimiento y evidencia y contribuye a identificar opciones para un diálogo informado y la acción concertada de todos los socios a medida que trabajar juntos para acelerar el progreso hacia el objetivo de una Europa y Asia Central saludables y libres de hambre”, dice el prólogo.
Entendiendo el paisaje
A pesar de COVID-19 y la guerra en Ucrania, la región todavía está en mejor forma que otras partes del mundo según los datos del informe, pero los países deben mantenerse encaminados para evitar más inconvenientes, dice el informe.
Proyecta que la desnutrición creció al 9,9 % en 2020 en todo el mundo en general, y desde entonces ha empeorado, pero para los más de 50 países de Europa y Asia Central, esa cifra ha disminuido. se mantuvo por debajo del 2,5 por ciento.
Las desigualdades históricas y los diferentes niveles de desarrollo y las restricciones presupuestarias también son clave para determinar cómo los países pueden apoyar dietas saludables.
‘Reto triple’
El informe indica que las políticas alimentarias y agrícolas deben adaptarse para responder a lo que el informe denomina un «triple desafío» de cambios constantes. sistemas agroalimentarios que pueden hacer que las dietas saludables sean más asequibles, asegurando mejores medios de vida para los agricultores y mejorando la sostenibilidad ambiental.
Entre los factores que pueden mejorar los sistemas y las dietas, se encuentran la provisión de incentivos que beneficien a los agricultores individualmente y que apunten a mejorar los servicios generales, especialmente la investigación y el desarrollo agrícola, la educación continua, acciones de control de plagas y enfermedades, sistemas públicos de control de seguridad alimentaria, agricultura climáticamente inteligente y tecnologías y prácticas eficientes en emisiones.