Hace unos 250 millones de años, la extinción masiva del Pérmico-Triásico mató a más del 80 por ciento de las especies del planeta. Como consecuencia, los científicos creen que la vida en la Tierra estuvo dominada por especies simples durante hasta 10 millones de años antes de que pudieran evolucionar ecosistemas más complejos. Ahora, esta teoría de larga data está siendo cuestionada por un equipo de investigadores internacionales, incluidos científicos de la Universidad McGill y la Université du Québec à Montréal.
Un ecosistema oceánico fosilizado
Hasta ahora, los científicos han teorizado durante mucho tiempo que las condiciones oceánicas abrasadoras resultantes del cambio climático catastrófico impidieron el desarrollo de vida compleja después de la extinción masiva. Esta idea se basa en la evidencia geoquímica de las condiciones del océano en ese momento. Ahora, el descubrimiento de fósiles que datan de hace 250,8 millones de años cerca de la región de Guizhou en China sugiere que los ecosistemas complejos estaban presentes en la Tierra solo un millón de años después de la extinción masiva del Pérmico-Triásico, que es mucho antes de lo que se pensaba.
«Los fósiles de la región de Guizhou revelan un ecosistema oceánico con diversas especies que forman una cadena alimenticia compleja que incluye vida vegetal, peces óseos, peces con aletas radiadas, cangrejos, langostas, camarones y moluscos. En total, nuestro equipo descubrió 12 clases de organismos e incluso encontraron heces fosilizadas, que revelan pistas sobre las dietas de estos animales antiguos», dice Morgann Perrot, ex investigador postdoctoral en la Universidad McGill, ahora en la Université du Québec à Montréal.
Desafiando una vieja teoría
Anteriormente, se pensaba que un ecosistema complejo necesitaría entre cinco y diez millones de años para evolucionar después de una extinción. Sin embargo, los investigadores encontraron que los especímenes en la región de Guizhou evolucionaron mucho más rápido usando datación radiométrica para fechar las rocas donde se descubrieron los fósiles.
«Todo esto tiene implicaciones para nuestra comprensión de la rapidez con la que la vida puede responder a las crisis extremas. También requiere una reevaluación de las condiciones oceánicas del Triásico temprano», dice Perrot, cuya investigación se centra en las ciencias de la tierra y la geocronología.