Con un motor congelado desde principios del año pasado, varios fabricantes de automóviles optaron por arriesgar la confiabilidad en un intento por garantizar que tuvieran la mejor línea de base de rendimiento posible.
Tanto Ferrari como Renault, que impulsa al equipo Alpine, admitieron que habían llevado las cosas al límite en la búsqueda de ganancias a largo plazo.
Sabían que las reglas les permitirían hacer cambios para mejorar…Seguir leyendo
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