Manifestantes antigubernamentales, principalmente de las regiones del sur de Perú, comenzaron a llegar el miércoles a la capital para exigir la renuncia de la presidenta Dina Boluarteen una protesta que se extenderá hasta el jueves y que fue denominada «Toma de Lima», en desafío al estado de emergencia.
La policía elevó esta semana la vigilancia de las carreteras de ingreso a Lima tras la partida desde distintas regiones del interior del país de buses y camiones con manifestantes hacia la ciudad, que ha suspendido sus festejos por los 488 años de su fundación el 18 de enero.
En las protestas se demanda además el cierre del Congreso, una nueva Constitución, elecciones generales anticipadas rápidas y la liberación del expresidente izquierdista Pedro Castillo, quien fue destituido y arrestado el 7 de diciembre tras intentar disolver de forma ilegal el Congreso.
Al menos 42 personas han muerto en enfrentamientos y otros ocho fallecieron en accidentes de tránsito relacionados con las manifestaciones, tras más de un mes de protestas.
El representante de la Defensoría del Pueblo de la región norteña de La Libertad, José Luis Agüero, dijo al diario local La República que el miércoles una mujer de 51 años murió por un paro cardíaco porque no fue atendida rápido debido al bloqueo de una vía.
Asimismo, un adolescente gestante no llegó a un tiempo a un hospital por otro bloqueo y «su neonato de 28 semanas» murió.
Boluarte, que ha pedido «perdón» por las recientes víctimas yreafirmado que no va a renunciaramplió la semana pasada por 30 días más el estado de emergencia para Lima y las regiones de Puno y Cusco, que han sido focos de las protestas.
La emergencia, que restringe derechos como la libertad de tránsito, de reunión y seguridad personal, faculta a las fuerzas armadas para ayudar a mantener el orden público.
¡Conéctate con la Voz de América! Suscríbete a nuestro canal de Youtube y activa las notificaciones, o bien, síguenos en las redes sociales: Facebook, Gorjeo mi Instagram.