Los miembros de la familia y otros cuidadores pueden ayudar a los seres queridos mayores a organizar y mantener sus recetas, por ejemplo, creando una rutina en el hogar que incluya la toma de medicamentos. También estamos asistiendo a un cambio de mentalidad positiva en la práctica médica, que se centra más en las necesidades emocionales y psicológicas del paciente y pasa de tratar enfermedades a tratar a personas.
HACER DE LA NUTRICIÓN UN ASUNTO COMUNITARIO
Así como tomar correctamente los medicamentos optimiza el tratamiento, una nutrición balanceada ayuda a los adultos mayores a mantener su salud.
A medida que envejecemos, las condiciones relacionadas con la nutrición pueden afectarnos más fácilmente. Sarcopenia, que es pérdida de masa muscular relacionada con la edad, afecta al 32 por ciento de personas en Singapur de 60 años o más. Las personas con sarcopenia también tienen una riesgo mayor de fragilidad y diabetes tipo 2.
Una buena nutrición y hábitos alimenticios son esenciales para la salud muscular. Sin embargo, para las personas mayores, la alimentación saludable puede ser un desafío, especialmente si comen de forma aislada.
Los adultos mayores hacen elecciones de alimentos más simples y, por lo tanto, menos diversas desde el punto de vista nutricional, cuando comen solos, según un artículo del Grupo de Trabajo Asiático para Sarcopenia. La investigación muestra que cuando las personas mayores comen juntas en entornos sociales con una variedad de alimentos en oferta, tienden a comer más y a tomar mejores decisiones.
La combinación de ejercicio con alimentación comunitaria tiene un efecto aún mayor en la salud muscular. La investigación en Japón citada por el grupo de trabajo encontró que aquellos que combinaron ejercicio ligero con alimentación comunitaria perdieron más grasa corporal y obtuvieron mejores resultados en las pruebas de salud muscular que aquellos que solo comieron en comunidad.