Comprar alimentos, poner gasolina y el pago de servicios representó este año un reto para las familias latinoamericanas que han visto una subida exponencial de precios mientras los salarios siguen estancados.
Venezuela y Argentina volvieron a tocar picos en su escalada inflacionaria este 2022 con 119,4 % y 85,3 % respectivamente, algo que los expertos consideran “endémico” en esos países al igual que Cuba que cierra 2022 con un aumento de precios del 39 ,7 %.
Otras naciones como Panamá y Bolivia mantuvieron el freno puesto en 1,5 % y 3,2 % este año que termina, con lo que marcan a una región que ha experimentado una inflación desigual dadas las dinámicas económicas internas de cada país.
La Comisión Económica para América Latina (CEPAL) ajustó en su informe del último trimestre del año las proyecciones y ofrece algunas luces sobre el comportamiento de la inflación en la región, donde –según el organismo- se ha puesto a prueba factores como la «dependencia del petróleo», economías que dependen de importaciones, e incluso aquellos países que han tenido pérdidas en la producción de alimentos.
La subida de los precios de los combustibles con el inicio de la guerra de rusia contra Ucrania –desde febrero- “representó un papel clave” en la subida del costo de vida a nivel general en la región, según la CEPAL.
Pero no solo eso, cuando la Reserva Federal de Estados Unidos comenzó a subir de manera escalonada las tasas de interés para frenar la inflación que ha tocado en su álgido el 9,5 %, las monedas regionales experimentaron mayor volatilidad al fortalecerse el dólar.
Todo esto sin dejar de lado los efectos colaterales de la pandemia de COVID-19 en una región que no recuperarse en su totalidad y de manera homogénea.
En Centroamérica, Honduras cierra el año con la mayor inflación de esta subregión con un 10,4 %, seguido de Nicaragua con 9,8 %; Guatemala con 9,2 %; Costa Rica con el 9 % y el Salvador con 7,3 %, este último con una economía dolarizada.
El Banco Central de Honduras (BCH) al cerrar las proyecciones de 2022 la semana pasada reportó que la variación mensual del Índice de Precios al Consumidor (IPC) muestra que las mayores alzas se han dado en precios de alimentos de origen agropecuario y el trasporte.
“Influenciado –en parte– por la pérdida de cultivos por los huracanes Ian y Julia; además de los incrementos en los precios de alimentos de mayor consumo en la temporada de fin de año; así como combustibles, que registraron tres alzas semanales en el mes asociado a mayores precios internacionales de los refinados del petróleo”, precisó el BCH.
Honduras considera el fenómeno como una “inflación importada” que causa incidencia en el costo de la canasta básica, y por ende con alto impacto en las familias más pobres.
Guatemala, la economía más grande de Centroamérica, cerrará el año con un crecimiento del 4 % del Producto Interno Bruto (PIB), la mitad de lo que creció en 2021, luego el efecto rebote después del confinamiento por la pandemia.
Sin embargo, la inflación lastra las expectativas como explicó el presidente del Banco de Guatemala (Banguat), Álvaro González Ricci, porque, a pesar de la perspectiva positiva a nivel general, es “uno de los indicadores críticos” que cierra este año arriba de la meta planteada del 3 % al 5 %.
Pero “lograr este 4% de crecimiento del PIB, a pesar del conflicto internacional y lo que está sucediendo en el mundo, se puede decir que es sumamente bueno”, dijo González Ricci.
Panamá, Bolivia y Ecuador salieron bien librados
Panamá es el país de la región que durante años ha mantenido una inflación baja, que no superó el 2 % a pesar de las turbulencias internacionales. Este año el indicador se disparó en junio hasta el 5 % lo que activó las alarmas y el Ejecutivo del presidente Laurentino Cortizo activó las estrategias para contener la inflamación cuando el malestar ya estaba en las calles panameñas.
El profesor de Economía de la Universidad Interamericana Felipe Argote ha comentado a medios internacionales que a medio año su país sufrió “un aumento gigantesco” en la inflación, pero que la congelación del precio de los combustibles como plan de gobierno empezó a tener un efecto, aunque se tratará de un subsidio, poco común en la economía del país canalero.
De ahí las aguas turbulentas han ido bajando como en otros países de la región, en consecuencia con el fortalecimiento del dólar, y dado que Panamá tiene una economía dolarizada ha sorteado bien el efecto, explica el experto.
“La inflación se ha mantenido baja principalmente porque el país tiene una economía dolarizada”, ha dicho Argote, diferente a sus vecinos centroamericanos; aunque su economía es sensible a la fluctuación del sector energético internacional.
Y el caso de Bolivia, los expertos lo explican por la baja inflación del 3,2 % con que cierra este año obedece a la fijación de cambio del boliviano en comparación con el dólar 9,96 bolivianos por dólar desde hace una década.
Además de las fuentes de divisas del país con la venta de materias primas que le facilitan el acceso al dólar y con este puede inyectar esos dólares en la economía cuando hay subidas.
Ecuador, también dolarizado cierra el año 3,6 % de inflación que el presidente Guillermo Lasso, en su visita de la semana pasada a Washington, destacó como parte de las «políticas económicas virtuosas» de su gestión.
Países que no lograrán frenar la subida.
Chile y Colombia seguidos de Perú no han logrado frenar la sangría en el bolsillo de sus ciudadanos, con precios que suben bajo la presión de desajustes registrados en sus economías en 2021, como los efectos colaterales de la pandemia y procesos de crisis sociales internas.
El Banco Central de Chile resumió en su informe de cierre de este año que “la economía chilena continúa en un proceso de ajuste tras importantes desembolsos”, cierra 2022 con una inflación interanual de 12,5 %.
Pero la institución que rige la monetaria sostiene que el país habría visto su pico máximo a incios del segundo semestre del año que termina, y esperan estabilizarse y paulatinamente ir a la baja, pero alerta que “las expectativas de inflación aumentaran por sobre el 3 % a dos años plazo.
“El Consejo ha cumplido un ajuste significativo de la política monetaria, lo que ha contribuido al paulatino alivio de las presiones inflacionarias y permitirá enfrentar desde una mejor posición dichas dificultades”, dijo el Banco Central.
En Colombia la situación pinta igual, el tercer trimestre del año muestra que la tendencia sigue en aumento, incluso muy por arriba de las expectativas previstas por el gobierno de Gustavo Petro.
Colombia cerrará el año con una inflación del 12,5 %, incrementos de precios especialmente de alimentos y servicios que terminan siendo insostenibles para muchos colombianos, especialmente las clases más desfavorecidas.
En el caso peruano, país que se encuentra sumdio en una crisis institucionalel informe de cierre de año del Banco Central de Reserva considera que se ha logrado sostener la subida que tocó un máximo de 8,8 % a mediados del año para estabilizarse con oscilaciones 8,5 %.
“La tasa de inflación ha venido disminuyendo gradualmente con oscilaciones y se ubica en 8,45 por ciento a noviembre. La inflación sin alimentos y energía aumentó de 4,95 a 5,71”, dice el informe.
En toda la región los precios de los alimentos marcan el principal y los carburantes marcan los picos más significativos en la subida de precios a los consumidores.
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